Por ser el más cercano a El Cairo, por los recientes descubrimientos de época faraónica y por ser la mejor base para realizar excursiones inolvidables por el Desierto Occidental, el oasis de Bahariya se ha convertido en uno de los favoritos para los viajeros. En esta página te contamos todo lo que debes saber si tienes pensado visitarlo. Y te recordamos que puedes ponerte en manos de Egipto Exclusivo para planificar hasta el más mínimo detalle. ¡No dejes nada al azar para disfrutar a fondo de tu experiencia!
El oasis de Bahariya se encuentra en el Desierto Occidental, a unos 200 km al oeste del Valle del Nilo y a unos 370 km por carretera desde El Cairo. Tomando la capital como referencia, es el más cercano, si excluimos de la lista al oasis de El Fayum que, por sus particularidades geográficas, está prácticamente integrado en el Valle del Nilo. Administrativamente pertenece a la Gobernación de Giza.
El oasis de Bahariya se compone en realidad de varias poblaciones de pequeño tamaño y ubicadas cerca de sí, donde sus habitantes explotan las posibilidades agrícolas que les ofrece el terreno. Cabe citar Bawiti (el principal de todos ellos, con una población de varias decenas de miles de habitantes), El-Harra y Bahariya, que da nombre al oasis por ser el más cercano a la pequeña masa de agua que aflora aquí. Además de la agricultura y el turismo, la minería es otra actividad económica vigente, dedicada a la extracción de hierro.
Aunque en la actualidad las poblaciones del oasis de Bahariya tengan un carácter muy humilde, este lugar gozó de gran prosperidad en el pasado, sobre todo en época grecorromana. Tomando como referencia la magnitud de la necrópolis descubierta hace una décadas, los expertos estiman que aquí pudieron vivir unas 500.000 personas, aunque se trata de un cálculo muy difícil de realizar. En aquel entonces, los cultivos locales proporcionaban abundante trigo y vino para las poblaciones del Valle del Nilo, y la zona contaba con una importante fortaleza defensiva.
Sin embargo, la ubicación estratégica del oasis de Bahariya en las rutas caravaneras hicieron que su surgimiento y desarrollo fueran muy anteriores. En diversas campañas arqueológicas se encontraron fragmentos de piedra con inscripciones datables en el Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Además, podemos citar otros ilustres habitantes del oasis de Bahariya de un tiempo muy anterior, cuando ni siquiera se trataba de un oasis: los dinosaurios. Unos hallazgos de los años 30 propiciaron que una especie de terópodo megaráptorido fuera bautizada con el nombre de Bahariasaurus. Vivió aquí en el periodo Cretácico, hace unos 95 millones de años.
A primera vista, el oasis de Bahariya no genera un gran impacto visual, como puede ocurrir por ejemplo en el de Siwa. Aquí no hay grandes ruinas de época antigua ni una presencia de vegetación tan exuberante. Pero ‘rascando’ un poco, aparecen algunos descubrimientos dignos de conocerse. Te los contamos a continuación.
Sin duda, el descubrimiento del Valle de las Momias de Oro supuso un impulso para el turismo en el oasis de Bahariya. Es su gran atractivo, tanto por su singularidad como por su misteriosa belleza. Las momias y sus sarcófagos, algunas con máscaras de oro y rica joyería, se encontraron en una necrópolis a unos 6 km de Bawiti. Entre ellas, la del gobernador local Jed Khenso Ifuankh.
Aunque la inmensa mayoría de lo descubierto no está expuesto al público, algunas momias y sarcófagos han sido seleccionados para formar parte del Golden Mummies Hall, el principal museo de la ciudad de Bawiti. Aquí se puede observar cómo estas obras de arte funerarias, datables en el periodo grecorromano, tienen un estilo de transición entre las formas rígidas del Antiguo Egipto y las más realistas de los ‘retratos de El Fayum’.
En el oasis de Bahariya también hay restos arqueológicos antiguos y, aunque no son tan espectaculares como los de otros yacimientos del país, serán interesantes para los fans de la Egiptología. Llama la atención, por ejemplo, los restos de un templo dedicado a Alejandro Magno, el único de todo el país. La veneración de faraones era una práctica habitual en todas las épocas del Antiguo Egipto y este emperador macedonio, que adoptó tal título a su llegada al país, no fue ajeno a ello. El motivo por el que se levantó en este emplazamiento no está claro, aunque se cree que pudo haber pasado por el oasis de Bahariya a la vuelta de su visita al oráculo de Siwa, lo cual pudo provocar ese deseo entre sus gentes.
El otro templo antiguo que se ha descubierto en el oasis de Bahariya es uno dedicado a Amón-Ra, datable en tiempos de la Dinastía XXVI, precisamente el mismo periodo que el de la necrópolis de las Momias de Oro.
No cabe duda de que muchas personas se animan a viajar al oasis de Bahariya con la mente puesta en sus excursiones. Desde aquí es posible desplazarse a algunos de los lugares más fascinantes que nos deja el Desierto Occidental, a los que se puede llegar en 4×4.
Como puede deducirse de su nombre, se trata de una zona del desierto repleta de formaciones rocosas que tienen un sorprendente color blanco, pues su composición es una mezcla de caliza y creta. Para mayor magia, la luz del día modifica su tonalidad según la hora y el periodo del año. Lo encontrarás en la carretera que une el oasis de Bahariya con el de Farafra, a unos 100 km al sur de Bawiti.
Aunque para sorprendente, la caprichosa forma que tienen muchas de ellas, fruto de miles y miles de años de erosión. Las hay de muchos tipos, con formas que la imaginación de cada viajero interpretará a su antojo. Sirva de ejemplo la de los beduinos, que le dieron el nombre de ‘Valle de las Zanahorias’ porque así interpretaron la silueta de muchos pináculos rocosos del lugar. Así que no será extraño ver, petrificadas, rocas que parecen camellos, esfinges, setas, aves…
Curiosamente, el Desierto Blanco tiene su contrapunto. Y tampoco está lejos del oasis de Bahariya, a unos 50 km al sur de la localidad de Bawiti. Hablamos del Desierto Negro, que también adopta este nombre por el color predominante en sus formaciones rocosas. Pero en este caso, de naturaleza muy diferente: la dolerita, una roca ígnea que expulsan las montañas volcánicas que entran en erupción.
Eso es precisamente lo que ocurrió aquí mucho tiempo atrás, pues el Desierto Occidental cuenta con numerosas montañas volcánicas ya inactivas. Estas erupciones cubrieron la zona de este tipo de roca negra, que por la erosión ha dado lugar a las características colinas que verás aquí, donde su tonalidad oscura se mezcla con el color dorado de la arena del desierto. Se puede subir a alguna de ellas para divisar una espectacular panorámica del Desierto Negro y más allá, por ejemplo desde la Montaña Inglesa.
Se trata de otra de las excursiones clásicas que se realizan desde el oasis de Bahariya, aunque también se puede realizar desde el oasis de Farafra. Se encuentra a unos 90 km al sur de Bawiti, precisamente entre el Desierto Blanco y el Desierto Negro, con indicaciones en la única carretera de la zona.
Con este sugerente nombre se conoce a un promontorio rocoso formado principalmente de cristal de cuarzo, lo que le da ese aspecto brillante y casi transparente. Se trata de un ejemplo muy singular porque lo normal es que estas formaciones permanezcan bajo tierra en forma de cueva. Y puede que así fuera en origen, cuando esto no era un árido desierto sino un terreno más fértil y húmedo. Pero con la retirada paulatina del agua, los cristales probablemente crecieron hacia la superficie, quedando al descubierto por efecto de la erosión. Por ello, algunos se atreven a llamarlo ‘cueva exhumada’, un término bastante gráfico de lo que pudo ser la historia de este sorprendente accidente natural situado en el entorno del oasis de Bahariya.
Pese a que el oasis de Bahariya se encuentra, en línea recta, a unos 200 km al este del Valle del Nilo, a la altura de lo que a menudo se conoce como Egipto Medio, no existe una conexión directa por carretera con esa zona. Por tanto, ante la lógica ausencia de aeropuertos, estaciones de tren, vías fluviales para cruceros y líneas regulares de autobús, la única solución para llegar hasta aquí es el vehículo privado desde El Cairo (consultar aquí cómo llegar a El Cairo).
Como decíamos más arriba, el oasis de Bahariya está situado a unos 370 km por carretera desde la capital. Y eso, en tiempo, se traduce en casi 4 horas y media de recorrido por la vía conocida como El Wahat Road, asfaltada y relativamente cuidada por la existencia en el camino de algunas instalaciones industriales dispersas.
Por tanto, contar con un vehículo privado con chófer resulta fundamental, no solo por comodidad, sino también por seguridad a nivel general: las distancias en el desierto son inmensas y las condiciones, extremas, por lo que viajar de forma autónoma no es lo más recomendable porque cualquier percance se puede agravar en ausencia de compañía.
Así que si te has propuesto viajar al oasis de Bahariya desde El Cairo o como parte de un circuito por los diferentes oasis de Egipto, no dudes en ponerte en contacto con Egipto Exclusivo. Te daremos el servicio y el soporte que necesitas para que esta aventura sea de lo más apasionante y enriquecedora, pero en ningún caso arriesgada. ¡Contacta ahora!
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