El oasis de Kharga (que también recibe el nombre de El Jariyá) es, excluyendo el de El Fayum, el más grande de los que se ubican en el Desierto Occidental, tanto a nivel de extensión como a nivel de población. Además, es la capital de la Gobernación de Nuevo Valle, la entidad regional que engloba a este y a otros oasis cercanos (Dakhla, Farafra). Así que no es de extrañar que aquí se encuentren interesantes atractivos culturales, especialmente desde el punto de vista histórico y cultural.
Por eso, Egipto Exclusivo ha redactado estas líneas a modo de guía para que conozcas de antemano qué visitar y cómo llegar hasta el oasis de Kharga. Y más allá de esta pequeña página informativa, te recordamos que puedes contar con nosotros para organizar un viaje a medida en el que no faltará de nada: transporte privado, guía, alojamiento… ¡Somos una agencia con mucha experiencia sobre este terreno!
El oasis de Kharga es el más meridional de los grandes oasis del Desierto Occidental. En realidad, está a una latitud similar que la de Dakhla (unos 25ºN) y, por tanto, también a la de Luxor. Se encuentra a algo más de 220 km en línea recta desde esta ciudad del Alto Egipto (aunque el recorrido por carretera suma unos 330 km). A una distancia similar se encuentra Asiut, en este caso al norte, tanto en línea recta como en coche, pues esta carretera (la nº 60) tiene un trazado mucho más directo. Por otro lado, el oasis de Dakhla, que es el más cercano, está a unos 170 km al oeste.
Como decíamos, el oasis de Kharga es el más grande de los ubicados en el Desierto Occidental, pues tiene una longitud superior a los 100 km, desde Baris a Kharga, fundamentalmente. Sin embargo, su verdor es bastante discontinuo puesto que el oasis se extiende a lo largo de una depresión llana, atravesada en su totalidad por una carretera.
La historia del oasis de Kharga ha estado siempre condicionado por su posición estratégica en las rutas caravaneras: es el primero cuando se parte desde Luxor en dirección a los otros oasis del Desierto Occidental. Y, aún más importante, era territorio de paso de la ruta que partía de Darfur (actual territorio de Sudán, antiguo reino de Kush) y terminaba en Asiut, en la que se transportaban importantes mercancías como marfil, oro, animales y plantas.
Esta ruta recibía el nombre de Darb El Arba’īn (‘La Ruta de los 40 días’), pues ese era el periodo estimado para completarla en su totalidad, y representó una de las principales vías de comunicación entre el Reino de Kush y Egipto.
Aunque esta ruta ya era conocida y explotada desde tiempos del Imperio Antiguo, fue durante la época grecorromana cuando desarrolló un importante plan defensivo: se construyeron numerosas fortalezas y puestos de vigilancia, de los cuales aún quedan muchos vestigios.
Y dada la importancia de las necrópolis cristianas conservadas y la magnitud de sus monasterios, se puede imaginar que el final de la época romana y en el periodo bizantino fue uno de los más prósperos y exitosos de Egipto. No es casualidad que el líder cristiano Nestorio, patriarca de Constantinopla que no contemplaba la virginidad de María, fuera deportado al oasis de Kharga tras ser considerado un hereje, muriendo en el 451 d.C.
Aunque su capital, Kharga, no es una localidad demasiado pintoresca, en ella y en sus alrededores están los principales atractivos del oasis. Sobre todo al norte de esta, donde se ubica la gran joya turística de este oasis: el templo de Hibis. Construido durante la Baja Época, en torno al siglo VI a.C, estaba dedicado a la tríada tebana (Ra, Mut y Jonsu). Eso demuesetra la influencia cultural que tenía la que fue capital política y religiosa de Egipto durante tanto tiempo, que no dista demasiado del oasis de Kharga.
En realidad, el templo de Hibis se construyó sobre otro más antiguo, datable en la época del Imperio Nuevo, cuando aquí había otra ciudad llamada precisamente Hibis. Lo que se conserva en la actualidad y, por tanto, se puede visitar, es la calzada procesional con pilonos que llevan a la sala hipóstila, el espacio más hermoso gracias a sus columnas con capiteles en forma de papiros. En diferentes paredes del conjunto se aprecian bajorrelieves, con representaciones de otros dioses como Seth y Osiris.
Muy cerca de este emplazamiento hay otro punto de interés, la necrópolis de Al-Bagawat, con tumbas de época cristiana, en la que permanecen en pie paredes, columnas y otros restos de sus construcciones originales, todo ello en adobe. En el interior de algunas construcciones, ornamentando las humildes cúpulas, hay decoraciones murales de temática bíblica. Pese a estar en ruinas, se considera un lugar de gran valor para comprender los ritos funerarios de los primeros tiempos del cristianismo.
Más deteriorado aún está el monasterio de Deir al-Kashef, situado en un emplazamiento más elevado y al norte de Al-Bagawat. No obstante, es fácil entender que desde aquí se dominaba la cercana ruta caravanera que atravesaba el oasis de Kharga, pues se construyó sobre la base de una fortaleza romana. También recibe el nombre de Deir Mustafa, en referencia a un recaudador de impuestos en época otomana.
El Museo de Antigüedades de Kharga exhibe precisamente piezas recuperadas en estos recintos arqueológicos, así como en otras campañas llevadas a cabo en el oasis de Dakhla, que también forma parte de la Gobernación de Nuevo Valle. El edificio, de construcción moderna, tiene una fachada con arcos apuntados que recuerda indudablemente a las de Al-Bagawat. En sus dos plantas se exponen herramientas prehistóricas, utensilios y objetos artísticos desde época prehistórica hasta la era otomana.
Además de esta concentración de atractivos histórico artísticos en la zona de la capital, el resto del oasis de Kharga también conserva otros vestigios, en diferentes estados de conservación. La mayoría de ellos son restos de fortificaciones levantadas en época grecorromana y sirven como interesante muestra de la seguridad que se quiso dotar entonces a esta ruta caravanera:
Las vías para llegar al oasis de Kharga son precisamente las de las antiguas rutas caravaneras. Por tanto, si partes del Valle del Nilo, tienes dos grandes opciones:
De estas propuestas se deduce que el vehículo privado por carretera es el único medio de transporte viable para organizar una ruta turística por el oasis de Kharga. Los servicios de autobús y microbús son de carácter netamente local, el aeropuerto existente no es explotado por la aviación comercial y la antigua línea de ferrocarril que hacía el recorrido Safaga-Qena-Oasis de Kharga hace años que dejó de estar operativa por los numerosos inconvenientes operativos.
Por tanto, te recomendamos que recurras a una agencia profesional como la nuestra para organizar tu viaje al oasis de Kharga. No solo disfrutarás de una experiencia más cómoda y personalizada, con servicios a medida, sino que además es la opción más segura: conviene no perder de vista que el desierto es un hábitat hostil que, si se afronta de manera autónoma y sin experiencia, puede agravar el riesgo de cualquier imprevisto. ¡Ponte en manos de Egipto Exclusivo para que tu programa discurra según lo previsto!
Fill out the form below to receive a free, no-obligation, tailor-made quote from an agency specialized in Egypt.
Travel agency and DMC specializing in private and tailor-made trips to Egypt.
Mandala Tours, S.L, NIF: B51037471
License: C.I.AN-187782-3