El Egipto Medio es, para entendernos, el Egipto profundo. Esa zona que muchos viajeros, literalmente, pasan por alto porque se limitan a sobrevolarla en avión desde el Bajo Egipto hasta el Alto. O porque les pilla durmiendo en trenes nocturnos que circulan entre el norte y el sur del país. Solo quienes se embarcan en un crucero desde El Cairo suelen hacer alguna parada en determinadas ciudades. Pero que el Egipto Medio sea menos famoso no quiere decir que carezca de interés.
Por ello, en esta página queremos ofrecerte información detallada si quieres salirte de las rutas preestablecidas y adentrarte en una región que todavía conserva su carácter más genuino. Eso sí: te recomendamos hacerlo de la mano de profesionales locales y de confianza, no solo para disfrutar del Egipto Medio con seguridad, sino también para poder admirar toda su esencia.
No lo busques en tu Atlas Geográfico. Ni siquiera en Google Maps: el Egipto Medio no se corresponde con ninguna Gobernación actual ni con ningún reino del pasado. Lo más parecido que se puede citar es una subdivisión creada muy al final de la historia del Antiguo Egipto, ya en época grecorromana. Si tomamos como referencia el río Nilo, las dos grandes áreas geográficas del país siempre han sido el Bajo Egipto (Delta del Nilo) y Alto Egipto (Valle del Nilo, desde la primera catarata hasta el comienzo del Delta, a la altura de la antigua Menfis aproximadamente). Puedes ampliar información al respecto en nuestra página sobre la Geografía de Egipto.
Sin embargo, hablar de Egipto Medio resulta muy útil y práctico. Y es un término bastante difundido en la actualidad, sobre todo en el ámbito turístico. Con ello nos referimos a una zona geográfica situada a medio camino entre el Bajo y el Alto Egipto. Más concretamente, entre Al Minia hasta Qena, aunque la mencionada demarcación administrativa grecorromana llegaba solo hasta Asiut.
Histórica y geográficamente se engloba en el Alto Egipto, pero lo cierto es que se puede considerar una zona de transición cultural entre ambos territorios. De hecho, en algunos aspectos, como la lengua hablada, algunas ciudades son más cercanas al Delta que a otros territorios del sur del país.
Por todo ello, viajar al Egipto Medio suele ser una elección para quienes repiten experiencia en este país: Egipto tiene tantos lugares de interés que no se pueden englobar en un único viaje. Por tanto, esta es una propuesta muy recomendable para turistas que ya han descubierto grandes atractivos como las Pirámides de Giza, El Cairo, Luxor con su Valle de los Reyes, Abu Simbel o los cruceros por el Alto Egipto.
Por último , es importante no confundir el término ‘Egipto Medio’ con el de ‘Imperio Medio del Antiguo Egipto, pues este último hace referencia solo a un periodo muy concreto de la historia de aquella civilización (ca. 2050 – 1750 a. C., dinastías XI y XII) en el que se produjo una reunificación del país, con Tebas (Luxor) como capital.
El Egipto Medio es una de las zonas donde mayor peso mantiene la agricultura y el sector primario. En el ámbito rural, todavía hoy es posible presenciar escenas que en otros lugares solo pueden verse en fotografías de época: mujeres y niñas jóvenes lavando la ropa a orillas del Nilo, campesinos fellahin trabajando el campo con bueyes…
Sin embargo, las ciudades del Egipto Medio, que han experimentado un crecimiento poblacional continuado en las últimas décadas, han crecido de forma algo más ordenada. En ellas se vive a un ritmo menos frenético y, aunque el salario medio es bastante más bajo que en El Cairo, el menor coste de la vida (sobre todo la vivienda) alivia mucho la existencia de sus habitantes. El turismo aumenta lentamente como un sector incipiente, aunque aún lejos de otros como la agricultura (caña de azúcar, patatas, cebollas, legumbres) o industrias de diferente tipo, como la alimentaria o las ligadas a los materiales de construcción.
El clima del Egipto Medio es, también, una transición entre del que podrás encontrar en El Cairo y en Luxor: de tipo desértico, con veranos tórridos, inviernos cálidos, gran oscilación térmica entre día y noche, tremenda insolación, humedad muy baja (ligeramente por encima del 40% de media anual) y precipitaciones prácticamente nulas. Por tanto, es imprescindible que protejas adecuadamente tu cabeza, tus ojos y tu piel, y que tengas siempre a mano agua potable.
Los lugares del Egipto Medio se suceden, uno tras otro, a orillas del río Nilo. Son pequeñas ciudades, en comparación con las del Bajo Egipto, y ofrecen monumentos de interés relacionados con el Antiguo Egipto, la cultura musulmana y la tradición cristiana copta. A continuación los enumeramos, de norte a sur, aunque si los visitas partiendo desde Luxor, los encontrarás a la inversa.
Al Minia aún conserva elegantes aunque descuidados edificios que evocan su próspero pasado, cuando esta capital de provincia era el epicentro de la industria algodonera del país. No es una ciudad monumental, pero pasear por ella permitirá al viajero contemplar escenas de la vida cotidiana en el Egipto Medio, como grupos de amigos jugando al dominó en terrazas a pie de calle.
El paseo más agradable lo proporciona la Corniche, a orillas del Nilo. Caminando por ella, la construcción que atrae todas las miradas es el Akhenaton Museum (o Aten Museum), en la otra ribera del río. El edificio, aún por finalizar interiormente, es una moderna reinterpretación de las pirámides antiguas y el coste de su diseño fue un regalo de las autoridades alemanas, fruto de la colaboración entre este museo y el de Roemer- und Pelizaeus de Hildesheim. Sin embargo, la auténtica aspiración del gobierno egipcio es exhibir aquí el famoso busto de Nefertiti, hoy en el Neues Museum de Berlín. De esa manera, acompañaría al de su marido, el famoso y polémico Akenhaton, que formará parte de su colección. Además de ello, se exhibirán piezas rescatadas de diferentes yacimientos de la zona, principalmente de Tell el Amarna.
Sin embargo, aunque Al Minia no cuenta con tantos monumentos de interés como otras del Egipto Medio o del resto del país, esta ciudad es un buen punto de partida para descubrir otros lugares de los alrededores, que compensan esa carencia. De hecho, esta ciudad y sus hoteles son usados a menudo como base desde la que realizar la visita de Tell el Amarna, a casi 60 km al sur de la ciudad.
Más cerca hay otros sitios de interés. Uno de los más sorprendentes es el llamado ‘Lugar de los Muertos’ (Zawiyyet al-Mayyitin), a unos 7 km al sur, en la ribera oriental del río. Considerado uno de los cementerios más grandes del continente, llama la atención por la peculiar disposición de las cúpulas de adobe de las sepulturas. Le dan al conjunto un original aspecto de huevera que, con el Nilo a un lado y las colinas rocosas del Egipto Medio al otro, ofrecen una inolvidable panorámica.
Continuando hacia el sur, a unos 16 km de la ciudad, se ubica Beni Hasan, un conjunto de tumbas rupestres excavadas en la roca en tiempos del Antiguo Egipto, aunque su nombre lo toma de unas tribus árabes establecidas aquí mucho tiempo después. Datan principalmente del Imperio Medio y suman varias decenas, aunque solo unas pocas son visitables. Puedes ampliar información sobre este yacimiento en la página dedicada a Tell el Amarna.
Varios kilómetros más al sur está el Speos Artemidos, otro templo rupestre, en este caso erigido por deseo de Hatshepsut, reina-faraón del Imperio Nuevo (Dinastía XVIII). Tiene columnas hathóricas y una sala hipóstila que aún conserva un rico programa iconográfico a base de pinturas murales.
También cabe mencionar Hermópolis Magna, a unos 40 km al sur de Al Minia. Ese era el nombre que le dieron los antiguos griegos a la capital del XV nomo del Antiguo Egipto y centro religioso del dios Tot, aunque sus contemporáneos llamaban a esta ciudad Jnun. Y muy cerca de Hermópolis Magna se encontraba Tuna el-Yebel, su correspondiente necrópolis, utilizada desde el Imperio Nuevo hasta la época grecorromana. De uno y otro lugar, por su importancia, también ofrecemos amplia información en la página dedicada a Tell el Amarna.
Este nombre no designa ninguna ciudad, sino una zona geográfica del Egipto Medio situada en la ribera oriental del Nilo. En ella se ubica uno de los yacimientos arqueológicos más misteriosos del Antiguo Egipto: la ciudad de Akhetaton (o Ajetatón). La ordenó construir el faraón Akhenaton para establecer en ella la capital y su residencia palaciega. Este monarca y su esposa Nefertiti consumaron un cisma religioso, rompiendo con el clero de Amón de Tebas e instaurando el culto monoteísta al disco solar Atón.
Aunque en este yacimiento no quedan demasiados elementos en pie, este lugar permite evocar un periodo, el Periodo Amarniense, indispensable para entender la historia, la religión y la sociedad del Antiguo Egipto en general. Y por ello, su visita resulta obligatoria para los más apasionados egiptólogos y egiptómanos.
Y también por ello, le dedicamos una página entera a este yacimiento, pues se puede visitar en forma de excursión de un día desde Al Minia o desde otras ciudades del Egipto Medio.
Como decíamos más arriba, uno de los atractivos turísticos del Egipto Medio está relacionado con el cristianismo copto. Recordemos que, según la Biblia, la Sagrada Familia (la Virgen María, San José y el Niño Jesús) protagonizaron una huida a Egipto que les obligó a permanecer en este territorio durante unos cuatro años. Y aunque no hay unanimidad sobre los lugares en que estuvieron, la tradición cristiana copta ha establecido una larga relación de sitios.
Uno de ellos es Asiut. Según se cree, su entorno fue el lugar en el que la Sagrada Familia pasó más tiempo durante su exilio. Y aunque no se puede decir que sea una ciudad muy monumental, lo cierto es que se está promocionando como lugar de peregrinación o, al menos, como destino turístico religioso. En esta ciudad y en otras poblaciones cercanas hay numerosas iglesias y monasterios, pero los dos más famosos e importantes son el Monasterio de la Virgen y el Monasterio Quemado.
El Monasterio de la Virgen se encuentra a unos 10 km al sur de la ciudad y es uno de los principales lugares sagrados para los criptianos coptos, que protagonizan un peregrinaje hacia aquí cada agosto para la fiesta de la Virgen, atrayendo a menudo a decenas de miles de personas. Se construyó en torno a las cuevas de Dirunka, donde según la tradición la Sagrada Familia se cobijó durante algún tiempo.
Lo mismo ocurre con el Monasterio Quemado (Deir al-Muharraq), en este caso a unos 30 km al norte: es un recinto sagrado en torno a unas cuevas que sirvieron de morada a la Virgen, San José y el Niño Jesús, y hoy es a su vez el corazón de una iglesia. El complejo, además, cuenta con otras iglesias de construcción más reciente e instalaciones para celebraciones religiosas, como bautizos.
La ciudad más importante del Egipto Medio en lo que al turismo religioso cristiano se refiere es Sohag. Con una población de unos 200.000 habitantes, cuenta con dos importantes monasterios en sus alrededores: el Monasterio Blanco y el Monasterio Rojo. Aunque no son tan grandes como los de Asiut, rezuman historia. De hecho, se construyeron originalmente entre los siglos IV y V d.C, y en ellos se emplearon sillares de piedra de anteriores construcciones del Antiguo Egipto.
Así se puede apreciar en el Monasterio Blanco, con bloques de caliza que, en algunos casos, exhiben jeroglíficos antiguos. Se encuentra a unos 4 km al este de Sohag y fue promovido por San Pigol y San Shenouda, este último un santo local que es celebrado con gran solemnidad en julio por los coptos del Egipto Medio y otras regiones.
El Monasterio Rojo, llamado así por el color de sus ladrillos, fue fundado por San Bishoy, ladrón arrepentido y discípulo del mencionado San Shenouda. Situado cerca del anterior, es más pequeño pero conserva varias iglesias de aspecto monumental. Además, en el casco urbano de la ciudad hay dos grandes iglesias cristianas, construidas en el siglo XX: la de la Sagrada Virgen y la de San Jorge.
Por supuesto, más numerosas son las mezquitas y algunas de ellas de diseño y proporciones imponentes. Ese es el caso de la de Sidi Arif, con dos grandes minaretes y una cúpula central, todo ello en un bello y límpido color blanco. También es destacable la de El-Farshuti, cercana a esta.
Los amantes de la época faraónica no se irán de vacío de esta ciudad del Egipto Medio, ni mucho menos. Sobre todo porque justo al otro lado del Nilo, en la orilla oriental, se ubicaba Akhmim, el poblado egipcio que los antiguos griegos llamaron Panópolis, capital del nomo IX según aquella división administrativa. En el corazón de la población actual encontrarás un Museo al Aire Libre, dispuesto donde se encontraba el Templo de Amón, entre otras estructuras. En la actualidad hay restos de esa y otras construcciones y lo más destacado, sin duda, son sus estatuas colosales. En especial, la de Meritamon, hija de Ramsés II y Nefertari, de 10 metros de altura.
Los hallazgos arqueológicos encontrados en este yacimiento han servido, además, para nutrir los fondos del Museo Nacional de Sohag, también llamado Museo Faraónico, de reciente construcción e inauguración. Y por tanto, es uno de los que mejor muestra sus colecciones en las salas, distribuidas a lo largo de unos 9.000 m2 de superficie. También contiene importantes piezas traídas de la cercana Abidos, así como de otros museos. Además, expone objetos cristianos procedentes del Museo Copto de El Cairo. Por otro lado, destacan las numerosas confecciones textiles del Antiguo Egipto, de gran valor porque la fama que alcanzaron estos artículos en su momento fue mayúscula: se dice que los sudarios en los que se envolvía a los faraones en sus enterramientos se elaboraban precisamente aquí.
Abidos era probablemente la ciudad más sagrada de todo el Antiguo Egipto. Con permiso de Menfis, Heliópolis y Tebas, donde se erigían importantes templos de aquella religión, la devoción que despertaba el culto a Osiris en esta ciudad no tenía parangón entre sus fieles, especialmente a partir del final del Imperio Antiguo. Sin embargo, ya era un lugar de referencia mucho antes, pues monarcas del periodo protodinástico y de las primeras dinastías fueron enterrados aquí.
Los antiguos egipcios creían que la entrada al mundo de los espíritus se hallaba en las montañas desérticas de este lugar del Egipto Medio. Y por ello organizaban auténticos viajes de peregrinación durante sus vidas, algo equiparable a lo que hacen los fieles musulmanes con su viaje a La Meca.
En la actualidad, Abidos es un gran parque arqueológico a cielo abierto, con un pequeño poblado a sus alrededores. La localidad más cercana es Al-Balyana, aunque lo más habitual es desplazarse hasta aquí desde Luxor o Sohag. Por su enorme interés y la abundante información que queremos transmitirte, hemos elaborado una página específica para ello.
Al igual que ocurre con Abidos, el nombre de Dendera nos traslada a un fascinante monumento del Antiguo Egipto, pero no a una gran ciudad. De hecho, se ubica junto a Qena, la más meridional del Egipto Medio, aunque lo más habitual es planificar su visita desde Luxor. Por su importancia, también hemos elaborado una página separada para Dendera, a la que puedes acceder desde aquí.
Por lo que respecta a Qena, lo cierto es que esta ciudad que se acerca a los 200.000 habitantes no recibe mucho turismo, eclipsada por dos lugares tan cercanos como fascinantes (Dendera y Luxor). En cambio, si deseas darte una vuelta por ella para conocer en primera persona esta ciudad del Egipto Medio, descubrirás que tiene poco que ofrecer sobre el Antiguo Egipto… pero mucho sobre la arquitectura islámica: aquí se erigen algunas de las mezquitas más imponentes de la región. En especial, la de Sidi Abd Er-Rahim, con un espectacular minarete y una bonita cúpula decorada en zigzag.
El Egipto Medio es una región vasta que abarca, de norte a sur, unos 350 kilómetros. Por ello, cuenta con dos aeropuertos que dan servicio a sus ciudades:
Reciben, sobre todo, vuelos procedentes de El Cairo, aunque también tiene conexiones con otras ciudades de Oriente Próximo.
Por otro lado, las principales ciudades del Egipto Medio tienen estaciones centrales de tren, puesto que por aquí discurre la línea ferroviaria que conecta El Cairo con Luxor y Aswan. Sin embargo, los trenes nocturnos, que son los más usados por los turistas, no suelen realizar parada en ellas. Por tanto, las opciones para llegar son solo las que ofrecen los trenes diurnos, empleados mayoritariamente por la población local y en los que las comodidades no son ni mucho menos las mismas que los trenes nocturnos.
El autobús es otra de las opciones a barajar. Las principales compañías del país incluyen algunas ciudades del Egipto Medio en su red de trayectos de larga distancia, en especial Asiut y Qena.
Por supuesto, otra opción es la de navegar por el Nilo. Aunque los cruceros más espectaculares se suelen realizar aguas arriba, entre Esna y Aswan, principalmente, también hay otras rutas que navegan por el Egipto Medio, como podrás comprobar durante tu viaje. Suelen ser motonaves que pueden unir ciudades tan distantes como El Cairo y Aswan, para lo cual se emplean unas dos semanas. En un recorrido tan amplio, el tiempo dedicado a visitar el Egipto Medio suele rondar los cuatro días.
Pero sin duda, el transporte privado por carretera suele ser la opción favorita para visitar el Egipto Medio, pues es la mejor en términos de comodidad, flexibilidad y seguridad. En este sentido, se puede plantear la ruta por el Egipto Medio desde dos grandes puntos de partida: El Cairo o Luxor. Esta es una lista de distancias cuando se parte desde una y otra:
También cabe indicar que el Egipto Medio está conectado con los destinos vacacionales del Mar Rojo por medio de una reciente autopista. En este sentido, la ciudad más cercana es Qena, estratégicamente ubicada en un meandro del Nilo, desde la que parte una autopista (nº 60) directa hasta Safaga. Pero más allá de este eje Qena-Safaga, hay otros ramales hacia Sohag y Asiut al oeste (autopista 75), y Hurghada y Marsa Alam al este (autopista 65). Estas son algunas distancias que te pueden servir de orientación para organizar tu plan de viaje.
Teniendo en cuenta toda esta información, puedes barajar la opción de organizar excursiones de un día desde El Cairo, desde Luxor o desde tu destino vacacional en el Mar Rojo, o bien planificar un circuito con alojamiento en los hoteles del Egipto Medio.
Elijas una opción u otra, ten en cuenta que un vehículo privado te resultará fundamental también para poder moverte por los distintos puntos de interés del Egipto Medio. Por ejemplo, para visitar Amarna desde Minia o para acudir a los monasterios coptos desde Asiut o Sohag.
En ello y en cualquier otro aspecto de tu viaje por el Egipto Medio, nuestra agencia puede ayudarte. Egipto Exclusivo puede planificar hasta el más mínimo detalle para crear una ruta a medida. Con chófer a vuestra disposición, alojamiento de la categoría que necesitéis, guías expertos en cada destino y restaurantes de calidad durante todo el circuito. ¡Recorre el Egipto Medio con nosotros y disfruta de una experiencia que recordarás toda la vida!
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