Siwa

Oasis de Siwa: información completa para planificar tu viaje

El oasis de Siwa tiene todo lo que un viajero puede esperar de un lugar como este: tranquilidad, belleza natural, interés histórico-artístico, tradiciones arraigadas… Por ello, incluirlo dentro de tu viaje a Egipto será una decisión de la que no te arrepentirás. En esta página te contamos toda la información que necesitas saber de antemano: dónde está, cómo llegar hasta aquí, qué debes visitar… Y recuerda que puedes organizar tu experiencia con Egipto Exclusivo, para que no quede ningún detalle al azar. 

Tabla de contenidos

Dónde está y cómo es el oasis de Siwa

El oasis de Siwa se encuentra en el Desierto Occidental o Líbico, como el de Bahariya, el de Dakhla o el de Kharga. Sin embargo, su ubicación geográfica lo ha convertido en un oasis aparte y, a veces, olvidado. Se encuentra a casi 800 km por carretera desde El Cairo y a casi 300 km de Marsa Matruh, la ciudad mediterránea más cercana. Y lejos del resto de oasis: el más cercano es el de Bahariya, a más de 420 km de distancia. De hecho, está más cerca de la frontera libia: a apenas 100 km, aunque no hay conexión por carretera con ella.

Esto hace que algunos aspectos de su cultura se hayan desarrollado de manera prácticamente autónoma, sin mucha relación con el resto del país. Por ejemplo, su lengua, el siwi, de matriz bereber, utilizada desde tiempos inmemoriales. O elementos de la vestimenta y la artesanía, una actividad que aquí mantiene gran vigencia. O incluso su organización social, que en buena medida mantiene las estructuras tribales. Eso hace también que, en cierta manera, el carácter de sus habitantes sea más cerrado, socialmente hablando, algo que poco a poco se va modulando como consecuencia de la apertura al turismo.

Se calcula que la longitud del oasis de Siwa es de unos 80 km, mientras que su anchura rondaría los 20 km. Los cerca de 25.000 habitantes que viven aquí no lo convierten en un lugar demasiado populoso. Está dedicado en buena medida a la agricultura, con dátiles y aceitunas entre sus principales productos, pues en este vergel conviven principalmente los palmerales con los olivares.

Todo ello se produce, en el espacio que dejan entre sí los dos lagos que forman el oasis de Siwa, aunque con zonas dominadas por lodo debido al drenaje de sus aguas para su uso agrícola. El más destacable es el occidental, donde se ha desarrollado una interesante oferta hostelera.

Historia del Oasis de Siwa

Un poco de historia sobre el oasis de Siwa

Los aficionados a la Historia Antigua y los viajeros curiosos en general quizás conozcan el oasis de Siwa gracias a su famoso oráculo de Amón, que contribuyó a darle un carácter sagrado a este lugar. Se desconoce en qué momento comenzó a albergar poblaciones estables, aunque no hay evidencias claras antes de la Dinastía XXVI (664-525 a.C). En cualquier caso, algunas leyendas relacionan el oráculo de Amón con la reina-faraón Hatshepsut, por lo que ya estaría vigente y activo durante el Imperio Medio (Dinastía XVIII). 

Precisamente al comienzo de la siguiente, la Dinastía XXVII de gobernantes persas, se habría producido un hecho relacionado con el oráculo de Amón y narrado por Heródoto: una expedición militar de 50.000 hombres enviada por Cambises II para destruir este lugar sagrado habría fracasado estrepitosamente, perdiéndose en el desierto y pereciendo en él. Pero lo ponemos todo en tiempo condicional porque nunca se han hallado evidencias de dicha expedición y muchos expertos lo consideran una invención o un error de Heródoto.

Verdad o no, este relato probablemente llegó a los oídos de Alejandro Magno, que emprendió un viaje de más de una semana al oasis de Siwa con un fin muy distinto: visitar el oráculo y consultar si él era hijo de Zeus. Nunca reveló la respuesta pero, sin duda, la respetó con total solemnidad, pues expresó a sus generales su deseo de ser enterrado aquí. 

Como contamos en la página de Alejandría, lo más probable es que tras su muerte en Babilonia, su sarcófago fuera trasladado a esta ciudad mediterránea… aunque nunca se ha descubierto su paradero. En cualquier caso, hay quien mantiene la esperanza o la intuición de que, efectivamente, su tan solicitada tumba esté aquí en el oasis de Siwa.

Con el dominio romano del país, el oasis de Siwa experimentó un gran declive: el oráculo de Amón dejó de tener credibilidad y este paraje apenas sirvió para alojar a desterrados del resto del país. Tampoco está clara la vigencia que tuvo el cristianismo copto aquí ni cuánto tiempo tardó la zona en ser sometida por las tropas árabes que convirtieron Egipto en territorio islámico. 

En tiempos medievales, según algunas estimaciones, apenas vivían aquí varias decenas de personas, aunque con el paso del tiempo aumentó hasta varios centenares. Desde finales del siglo XVIII hubo expediciones de exploradores europeos por el oasis de Siwa, cuando el vínculo con Egipto aún no era muy sólido, pero en tiempos de Mehmet Ali quedó definitivamente anexionado al país. Algo que, por cierto, no fue muy bien aceptado por la población local.

Ya en el siglo XX, el oasis de Siwa formó parte del tablero militar en las dos Guerras Mundiales, siendo ocupada en diversas ocasiones por aliados y nazis. Aunque su principal desastre llegó en 1926, en forma de lluvias torrenciales que dañaron enormemente las estructuras de la fortaleza Shali. 

Poco a poco, el oasis de Siwa se ha ido incorporando a la vida moderna, con comodidades que se hicieron esperar pero acabaron llegando, como la televisión o la carretera asfaltada, en las últimas décadas de la pasada centuria.

Qué hacer y qué ver en el oasis de Siwa

Las propuestas turísticas para quienes viajan al oasis de Siwa son variadas y de diferente tipo: naturaleza, historia, wellness… A continuación repasamos las más importantes, que se encuentran tanto en el poblado como en sus alrededores. 

Qué ver en el Oasis de Siwa
Fortaleza de Schali en Siwa

Localidad de Siwa

En el centro de Siwa destaca, claramente, la fortaleza Shali. Se puede ver desde todos los puntos de la localidad, puesto que se eleva en una gran colina amurallada que servía de protección frente a las hostilidades de los beduinos. Con las lluvias torrenciales de 1926, las estructuras de esta fortaleza quedaron muy dañadas y fueron definitivamente abandonadas. Y ahora, su aspecto es tan fantasmagórico que llama tanto la atención como las vistas panorámicas que ofrecen sus alturas.

Además de esta fortaleza, uno de los lugares que ofrece una visita interesante es el Museo de la Casa de Siwa, que nació para que no se perdiera la memoria de cómo eran las casa de adobe tradicionales, ante el temor de que otro desastre natural pudieran hacerlas desaparecer para siempre. Se trata de un pequeño museo etnográfico en el que se muestran la distribución y decoración típicas de estas viviendas, así como objetos y utensilios de la vida cotidiana.

Ruinas del templo del Oraculo de Amon
Ruinas del templo del Oraculo de Amon

Templo del Oráculo en el oasis de Siwa

Aunque está en estado ruinoso, el templo del oráculo de Amón es el lugar más simbólico del oasis de Siwa. Se encuentra a las afueras de la ciudad, en la colina de Aghurmi. Gozó de gran fama y prestigio en la Antigüedad, sobre todo en época grecorromana, cuando el dios Amón fue asimilado con el dios supremo griego, Zeus. Los antiguos griegos creían que había sido fundado en paralelo con el de Dodona, el oráculo más célebre de aquella civilización: ambos tendrían su origen en el vuelo de dos palomas negras que partieron de la Tebaida hasta sus respectivos lugares.

El oráculo de Amón se conoce, sobre todo, por la visita que realizó Alejandro Magno durante su breve estancia en el Antiguo Egipto, como explicábamos más arriba. Rememorar aquella visita requerirá de bastante imaginación, puesto que este templo está muy deteriorado: apenas quedan en pie los lienzos de las paredes y algunas puertas con sus dinteles. Lo mismo ocurrirá con el templo de Umm Ubedah, otro templo situado junto al del oráculo de Amón y rodeado de palmeras.

Gebel al-Mawta en Siwa
Gebel al-Mawta en Siwa

Gebel al-Mawta o Colina de los Muertos

La otra gran visita sobre la historia y la cultura del oasis de Siwa es la que puedes hacer en el Gebel al-Mawata, traducido como Colina de los Muertos. Ubicada a poco más de un kilómetro al norte de la ciudad, se trata de una necrópolis de época ptolemaica y romana con numerosas tumbas excavadas en la roca, aunque solo se pueden visitar algunas. En ellas encontrarás restos de decoración mural donde los difuntos y sus familias veneraban a los dioses locales, entre ellos el dios Sobek, representado con un cocodrilo y muy popular en este y otros oasis del país.

Que hacer en el Oasis de Siwa
Piscina de Cleopatra en Egipto

El Baño de Cleopatra

Otro nombre ilustre ligado al oasis de Siwa es el de Cleopatra. Según se cree, se bañó en un estanque de piedra que recibe agua de un manantial. Se trata de un lugar popular entre los lugareños, donde se zambullen. Por ello, tiene su propia oferta de restauración, con locales que disponen de terraza y permiten al viajero sentirse como la famosa gobernante de Egipto.

Manantial de Fatnas
Fatnas en Siwa

Manantial de Fatnas

Pero si lo que buscas es un lugar algo más idílico, lo mejor será que te desplaces hasta el otro lago, a unos 4 km al oeste de la ciudad: ahí está la isla de Fatnas, un lugar más grande y mejor acondicionado, con su propio manantial. En realidad, por toda la orilla de este lago salado hay hoteles y establecimientos en los que relajarse para saborear el ambiente clásico del oasis de Siwa

El Gran Mar de Arena, excursión favorita desde el oasis de Siwa

Además de estos lugares de interés situados en la ciudad o en las afueras del oasis de Siwa, este es un lugar que sirve de base para realizar excursiones por el desierto. Este ecosistema natural tan extremo y diferente a lo que cualquier persona ve en su día a día supone un atractivo en sí mismo. Y a bordo de un buen 4×4 se puede llegar hasta emplazamientos que parecen sacados de un mundo de fantasía.

Ese es el caso, por ejemplo, del Gran Mar de Arena. Se trata de una enorme zona, de decenas de miles de km2, dominada por espectaculares formaciones de dunas de arena. Se extiende al sur y al oeste del oasis de Siwa, hasta la frontera con Libia y es perfecto para los aficionados al turismo espiritual y de relajación, pues es el marco ideal para actividades de meditación. 

Artesanía del oasis de Siwa

Por último, no queremos olvidarnos de otro de los atractivos del oasis de Siwa: su artesanía. Gracias a su aislamiento natural, la pervivencia de las actividades tradicionales se han mantenido plenamente vigentes hasta hace poco y aún hoy se conservan como un bien cultural que ve en el turismo una vía de desarrollo.

Por la ciudad encontrarás pequeños establecimientos e incluso personas que, a pie de calle, venden todo tipo de objetos hechos a mano. Destacan las cestas hechas con frondas de palmera datilera, la especie más numerosa en el oasis de Siwa. También abundan los artículos de cerámica, como jarras o incensarios. Además, es muy original la bisutería en plata, especialmente los anillos y las pequeñas joyas, heredera de una tradición que gozó de gran reconocimiento en el pasado.

Cómo llegar hasta el oasis de Siwa

Para viajar al oasis de Siwa tendrás que armarte de paciencia, pues el desplazamiento no resultará corto. Por suerte, no será tan largo como el que realizó Alejandro Magno desde Alejandría en el 331 a.C, que empleó ocho jornadas, según fuentes antiguas. Pero debes saber que este lugar no está de camino a ningún otro destino turístico, por lo que cualquier trayecto implicará horas de viaje, sea cual sea el punto de partida. 

Como podrás imaginar, el oasis de Siwa no cuenta con estación de tren y, dado su aislamiento natural, tampoco se puede acceder a él en barco. Además, este lugar tampoco forma parte de las red de líneas de autobús de las principales compañías. Por otro lado, ni la población ni el número de turistas anuales son lo suficientemente grandes como para construir un aeropuerto en sus cercanías, de modo que el avión no es una opción posible para viajar al oasis de Siwa. El aeropuerto más cercano es el de Marsa Matruh, en la costa mediterránea, a unos 300 km por carretera.

Así que esa es la ciudad desde la que parten muchas excursiones hacia el oasis de Siwa. Este destino vacacional de sol y playa, que en los últimos años se ha abierto al turismo internacional, sirve de base desde la que realizar viajes breves hasta este singular enclave del Desierto Occidental. El aeropuerto de Marsa Matruh recibe vuelos directos de carácter estacional procedentes de otros puntos del Mediterráneo, principalmente Italia.

Por tanto, el vehículo privado es la única forma que tendrás de llegar hasta el oasis de Siwa, ya partas desde Marsa Matruh o desde otros puntos del país. Esta es una lista de distancias y tiempos a emplear desde los principales puntos de partida para las excursiones al oasis de Siwa:

  • Marsa Matruh: 300 km y unas 4 horas de trayecto
  • Alejandría: unos 650 km y unas 8 horas de trayecto
  • El Cairo: 780 km y unas 9 horas de trayecto
  • Oasis de Bahariya: 400 km y unas 5 horas y media de trayecto

Por supuesto, el coche privado es también el medio de transporte imprescindible para moverte por los distintos puntos de interés del oasis de Siwa: sus lagos, sus templos antiguos, sus yacimientos arqueológicos… Y si tienes previsto adentrarte en el desierto, un todoterreno 4×4 o un vehículo off-road como el quad serán la opción a elegir en este caso, siempre en compañía de expertos para tu seguridad.

Y por suerte para ti, Egipto Exclusivo se encarga de proporcionarte todos estos servicios de transporte en el oasis de Siwa, así como otros más generales como el alojamiento o el acompañamiento de guías profesionales. ¡Ponte en contacto con nosotros para empezar a planificar esta excursión inolvidable!

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