Giza (a veces también escrito como Guiza o Gizeh), es un nombre indisolublemente ligado a las mayores pirámides de Egipto. Su necrópolis, y en especial estas construcciones tan singulares como perfectas, son el mejor exponente de la antigua civilización egipcia. Y su visita es absolutamente obligada para los viajeros con mayores inquietudes, los que se proponen conocer en primera persona los lugares más fascinantes del mundo.
Las pirámides de Giza ocupan un destacado lugar en la lista de los mayores atractivos turísticos del planeta. Y ya lo hicieron desde tiempos remotos, pues supusieron una etapa destacada en el viaje del historiador griego Herodoto, a mediados del siglo V a.C, pionero en materia turística. Y después fascinaron a todas las generaciones posteriores, de todas las épocas históricas, especialmente tras la irrupción de la Egiptología en el siglo XIX.
En la actualidad, siguen atrayendo a miles de turistas cada día, interesados en el tour de las pirámides de Giza. Y se siguen produciendo importanets hallazgos relacionados con ellas. Además, es la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que sobrevive en la actualidad. Y, por supuesto, fueron reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, bajo la denominación ‘Menfis y su necrópolis. Zonas de las pirámides desde Giza hasta Dahshur’, dada su cercanía y relación histórica con estos otros lugares clave en el Antiguo Egipto.
Por suerte, mucho se ha avanzado en el conocimiento sobre las pirámides de Egipto y también en la concienciación sobre su mantenimiento, lo que ha mejorado mucho la experiencia que vive el turista al viajar a las pirámides de Giza. Y buen ejemplo de ello es la creación del Gran Museo Egipcio de Giza, un macro complejo al que dedicamos espacio más abajo.
Pero también nos ocupamos aquí de otros atractivos ubicados en Giza, de época reciente y de temática diversa, más asociados al turismo de El Cairo por su cercanía al centro de la capital egipcia: el zoo o el Parque Faraónico son algunos ejemplos. Si quieres formarte una idea de todo ello antes de llegar a este extraordinario destino y hacer una excursión a las pirámides de Giza, toma buena nota. Y si necesitas una ayuda para planificar tu viaje y disfrutarlo con comodidad y seguridad, ponte en contacto con Egipto Exclusivo. ¡Nos ocuparemos de todos los detalles!
Conviene aclarar que, aunque muchos la consideren un barrio de El Cairo, Giza es una ciudad diferente. De hecho, pertenece a otra Gobernación, que es la división administrativa y territorial equivalente grosso modo a una Comunidad Autónoma en España o a un Estado en México, por citar algunos ejemplos. Y además, es la capital de dicha Gobernación de Giza, contando con una población de entre 4,5 millones y 8,8 millones, según diversas estimaciones y las zonas que se contabilicen.
Sin embargo, Giza forma parte de la misma área metropolitana de El Cairo, pues lo único que separa a ambas ciudades es el río Nilo. Y para los habitantes de una y otra, se trata de un ‘todo’, unidas fácilmente por puentes y calles, por Metro, por líneas de autobús urbano y por los trayectos fluviales de embarcaciones colectivas.
De hecho, muchos lugares simbólicos y atracciones turísticas asociadas a El Cairo están, en realidad, en territorio de Giza. Así ocurre con la Universidad de El Cairo, el jardín botánico Orman Garden o el Zoo. Por tanto, aunque a menudo recibe el genérico nombre de ‘Oeste de El Cairo’, agrupamos en esta página estos y otros puntos de interés (ver sección ‘Otros atractivos no relacionados con el Antiguo Egipto’).
El pasado de Giza nos lleva, inevitablemente, al Antiguo Egipto, momento en el que su nombre se ganó un hueco en la historia. Aunque en realidad, en ese periodo no era una ciudad como tal, sino una necrópolis situada en lo que actualmente conocemos como la Meseta de Giza. Pero no era una necrópolis cualquiera, sino nada más y nada menos que el lugar elegido para el descanso eterno de la dinastía IV del Imperio Antiguo, que reinó en Egipto entre el 2600 y el 2500 a.C, aproximadamente.
A esa dinastía pertenecieron algunos de los faraones más importantes de aquella civilización, en términos de centralización de poder, dominio del territorio y movilización de recursos económicos y humanos. Para entonces, la capital era Menfis y aquí no había nada. Pero por alguna razón, el faraón Keops (a menudo también llamado Jufu) pensó que esta pequeña altiplanicie, que se eleva majestuosa sobre el valle del Nilo a una altitud de unos 915 msnm, era un buen lugar para su gran proyecto funerario: la mayor de las pirámides de Egipto, y también la más perfecta jamás construida.
Y así lo consiguió, como puede verse en la actualidad, aunque los saqueos y el reaprovechamiento de sus sillares de piedra para otras construcciones le hayan hecho perder un poco de su esplendor y altura. A Keos le siguieron otros faraones, principalmente Kefrén (también llamado Jafra) y Micerino (o Jafra). Cada uno hizo sus aportaciones, formando lo que hoy conocemos como las pirámides de Giza, así como la Gran Esfinge de Giza, que probablemente se realizó en tiempos del mencionado Kefrén. Pero también hay pirámides de reinas, mastabas de sacerdotes y otras muchas construcciones, que repasamos detalladamente más abajo.
Tras la dinastía V (h. 2500- h. 2350 a.C), la necrópolis de Giza se siguió respetando como espacio funerario y hay construcciones datables en este periodo, pero dejó de ser la zona de enterramiento predilecta para los faraones, que prefirieron otras necrópolis en lugares como Saqqara o Abusir. Además, durante largos periodos cayó en el abandono, sin un mínimo mantenimiento que la liberara, al menos, de capas de arena depositadas durante siglos.
En el Imperio Nuevo (h. 1550-1069 a.C), en cambio, se volvió a recuperar la sensibilidad por los ancestros y se realizaron importantes añadidos o modificaciones en el entorno de las pirámides de Giza, por parte de faraones de la dinastía XVIII (h. 1550-h. 1295 a.C). Por ejemplo Tutmosis I, Amenhotep II e incluso Tutankhamón, a pesar de que todos estos monarcas tenían ya como hábito enterrarse en el Valle de los Reyes de Tebas (actual Luxor).
Recientes descubrimientos también han puesto de manifiesto el uso que se le dio en el Periodo Tardío o Baja Época (h. 664 a.C-h. 332 a.C), cuando ya no era tradición construir pirámides en Egipto. En especial durante la dinastía XXVI (664-525 a.C), la última considerada como egipcia y reinante antes de la conquista persa. Por ejemplo, sarcófagos policromados pertenecientes probablemente a sacerdotes de aquel periodo, lo cual deja claro el simbolismo religioso y funerario de Giza para el clero local, que deseaba seguir conectado emocionalmente con los ancestros que les habían precedido 2.000 años atrás.
El epílogo de la civilización egipcia supuso, necesariamente, el fin de la necrópolis de Giza como tal, sin que la usaran para fines funerarios los sucesivos dominadores, ya fueran coptos, romanos o bizantinos. No obstante, la fama de las pirámides de Giza era ya evidente, pues el escritor griego Antípatro de Sidón las citó como uno de los principales monumentos de su época (siglo II a.C), en lo que se considera precedente de la lista de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Sin embargo, fueron los árabes quienes, más tarde, fundaron la ciudad de Giza, entendido como asentamiento en el que vivir, distinto por tanto a la función que habían tenido las pirámides de Giza como necrópolis. Lo hicieron a mediados del siglo VII d.C, tras la conquista de Egipto por parte del general Amr ibn al-As, que rindió la cercana Fortaleza de Babilonia (ver Historia de El Cairo) hacia el 640. Y fueron los nuevos pobladores islámicos quienes probablemente dieron el nombre actual a esta población: al-Jizzah.
En cualquier caso, siempre fue más bien un asentamiento de casas de campo, siendo la vecina El Cairo (por entonces, formada solo por los asentamientos de al-Fustat, Al-Askar, Al-Qatta’i y, finalmente, Al-Qahira o El Cairo) la que acaparó todas las grandes inversiones de los diferentes dominadores del país, pues pronto se convirtió en capital. Y la meseta de Giza fue, más bien, un lugar del que nutrirse de materiales para diferentes construcciones cairotas, como ocurrió con otras pirámides de Egipto. Algunos califas también realizaron modificaciones en las propias pirámides de Giza, como Al-Mamun en 820, que creó una abertura para entrar directamente en la de Keops.
El boom de la Egiptología surgido en el siglo XIX y el desarrollo de los nuevos sistemas de transporte ferroviarios fomentaron los tour a las pirámides Giza. De hecho, se creó un tranvía que conectaba El Cairo con la necrópolis, atravesando los campos que por entonces dominaban el terreno. Y ese trazado sirvió de base para la autopista existente en la actualidad (Al-Haram).
El crecimiento de Giza se aceleró exponencialmente en la segunda mitad del siglo XX, cuando la presión demográfica de la capital egipcia obligó a muchos ciudadanos a buscar nuevas soluciones habitacionales al otro lado del río Nilo. Una época de desarrollismo desenfrenado que levantó innumerables bloques de viviendas para alojar a la creciente población local, lo que provocó que prácticamente desaparecieran las zonas verdes que antes dominaban el terreno. De aquello sólo queda alguna excepción aislada, como el Museo Mahmoud Khail, del que hablamos más abajo.
No cabe duda de que las pirámides de Giza ponen a esta ciudad en el mapa turístico internacional. Por ello, la necrópolis de la que forman parte es su principal lugar de interés. A continuación te mostramos, uno por uno, los elementos más destacados de este macro complejo funerario, también llamado Meseta de Giza.
Muy numerosas fueron las pirámides del Egipto Antiguo. Y aunque muchas de ellas se han perdido, todavía se contabilizan muchas en la actualidad: más de un centenar en diferentes estados de conservación. Sin embargo, las más famosas son, sin duda, las pirámides de Giza, que también están entre las mejor conservadas.
Y no por casualidad: técnicamente, las pirámides de Giza son las que se consideran ‘perfectas’. Como explicamos en la página dedicada a la Arquitectura en el Antiguo Egipto, las pirámides de Egipto fueron la evolución de las mastabas funerarias. La forma de pirámide truncada de dichas mastabas dio paso a las pirámides escalonadas, como la de Zoser, en Saqqara. Después se levantaron las pirámides acodadas, más ‘logradas’, con caras exteriores en pendiente decreciente hacia la cumbre. Y por fin, las pirámides perfectas, con sillares milimétricamente acoplados entre sí para crear cuatro lados de superficie totalmente lisa hasta la cúspide.
Como decíamos, en la actualidad apenas podemos imaginarnos este hecho, pues el revestimiento exterior de piedra caliza fue desmantelado para emplear los sillares en otras construcciones posteriores de El Cairo. Solo se conserva un poco de este revestimiento exterior en la pirámide de Kefrén, en la cumbre, y en algunos puntos muy concretos de lass de Keops y Micerino.
Recordemos que las pirámides de Giza, como todas las pirámides de Egipto, son construcciones funerarias. Su objetivo práctico era contener la tumba del faraón, en el caso de las más monumentales, y de las reinas u otros personajes importantes, en el caso de las más pequeñas. Y a nivel simbólico, servían para contener la esencia de dicho personaje, preservándola para la eternidad y facilitando su ascensión al cielo para transfigurarse en forma de estrella y, con ello, alcanzar la verdadera inmortalidad.
Fue la primera de las tres pirámides de Giza y la que propició que esta meseta se convirtiera en la necrópolis que hoy conocemos. Se desconoce a ciencia cierta por qué Keops (faraón del 2589 al 2566 a.C, aproximadamente), descartó Dashur como su lugar de enterramiento, como había hecho su predecesor y padre Senefru, quien se hizo construir la Pirámide Roja. Entre esas razones quizás estén la elevación natural de esta meseta, que le da una gran prominencia desde la vega del Nilo. O bien las mejores condiciones técnicas para la construcción, por ejemplo para el aprovisionamiento de piedra caliza desde Tura, o la mayor firmeza del terreno.
Sus datos hablan por sí solos. En la actualidad, tiene una altura de unos 138 metros, aunque en su momento superó los 146 metros, gracias a su revestimiento de piedra caliza. Su base cuadrada tiene unos 230 metros de lado, por lo que fue la más grande y alta de todas las pirámides de Egipto hasta esa fecha. Y probablemente ninguna otra la superó, aunque se discute si la de Dyedefra, hoy en ruinas en Abu Roash, lo hizo.
Se calcula que se emplearon unos 2,3 millones de bloques de piedra, con unos 27.000 sillares para el revestimiento externo. Se cree que el arquitecto responsable de esta pirámide fue Hemiunu, que también fue chaty (visir) del faraón Keops. Estos son los principales elementos del proyecto, en la propia pirámide o en su entorno inmediato:
Kefrén fue uno de los muchos hijos de Keops y, al igual que su padre, impulsó su propio complejo funerario en Giza, con una pirámide como elemento central. Por razones que se desconocen, decidió no superar a la de su padre en altura y dimensiones: en la actualidad tiene unos 136 metros, aunque originalmente tuvo unos 143 metros, mientras que sus lados tienen una longitud de unos 213 metros. Esto hace que, aunque casi no sea perceptible, su ángulo de inclinación sea mayor.
No obstante, por el efecto óptico y por estar situada en un terreno ligeramente más elevado, ésta parece la más alta de las tres pirámides de Giza. Es la que se encuentra en el centro y también la reconocerás porque conserva una pequeña capa de revestimiento en la cúspide.
Pero, como las otras pirámides de Egipto, esta es ‘solo’ una parte del complejo funerario de Kefrén, que se compone en realidad de los siguientes elementos:
Fue promovida por Micerino (faraón entre 2514-2486 a. C), hijo de Kefrén y, por tanto, nieto de Keops. Es la más pequeña de las tres pirámides de Giza, y muchos egiptólogos lo consideran una muestra de que el poder del faraón estaba en decadencia, ahora con menor capacidad para movilizar recursos económicos y humanos para su construcción. Pero a pesar de ser la menor, sus dimensiones no son nada desdeñables en comparación a muchas pirámides de Egipto: lados de la base de 102 y 104 metros, con una altura original de 65 metros. En la actualidad, la cúspide está a unos 61 metros de altura, por la pérdida de revestimiento.
Este revestimiento estaba hecho con hiladas de dos tipos de piedra: granito rosado de Aswan y piedra caliza blanca de Tura. De esta última se conservan algunos sillares en la base. También se aprecia un gran tajo en la cara norte, infligida en el siglo XII por el hijo de Saladino, Othman ibn Yousef, para intentar desmantelarla, aunque no lo logró.
Sigue un esquema parecido al de las otras dos pirámides de Giza, con los siguientes elementos relacionados con:
Interior de la pirámide: al igual que la mayoría de pirámides en Egipto, la cámara funeraria está bajo el nivel del suelo, a la que se accede con facilidad. Las exploraciones arqueológicas del siglo XIX encontraron un sarcófago de basalto, con un ataúd de madera dentro y una momia en el interior de este ataúd. Sin embargo, tanto ataúd como momia eran de algún personaje importante de la época saíta (dinastía XXVI), conservados ambos en el Museo Británico de Londres. El sarcófago, probablemente, sí fuera de Micerino (aunque decorado en época posterior). Pero su paradero está actualmente… ¡en el fondo del mar, frente a las costas de Cartagena! Ahí naufragó la embarcación británica que lo transportaba a Inglaterra en 1838
Además de todos los elementos detallados, hay otras pirámides en Giza que están relacionadas con cada uno de los tres complejos funerarios. Son más pequeñas, pero cumplen la misma función. Son las siguientes:
Además, hay varios cementerios repartidos por la necrópolis de Giza, compuestos por diferentes mastabas o tumbas. Cabe destacar:
Además de todas estas construcciones funerarias, hay restos de otros espacios relacionados con el proyecto, como almacenes de trabajadores y canteras.
Mención especial merece el Gran Museo Egipcio. Aunque no está ubicado exactamente en la necrópolis, sino a unos 2 km de las pirámides de Giza, es un nuevo museo que está estrechamente ligada a ella. Se trata de una enorme y moderna construcción, con una superficie de unas 50 hectáreas, con 40 metros de altura y 800 de longitud, que tiene por objetivo exponer de manera más adecuada buena parte de los tesoros encontrados en las pirámides de Egipto o en yacimientos de otras ciudades.
Es, sin duda, la mayor apuesta del gobierno egipcio para impulsar el turismo cultural de calidad en el país, conscientes de que el Museo Egipcio de El Cairo hacía ya mucho tiempo que se había quedado pequeño. Por ello, algunas piezas de la colección del Gran Museo Egipcio proceden de él. No obstante, el grueso de la colección se nutre de almacenes y museos de otras ciudades del país, como Alejandría, Luxor, Assiut, Sohag, Beni Suef o El Fayum.
El Gran Museo Egipcio de Giza (Grand Egyptian Museum o GEM, por sus siglas en inglés) comenzó a construir en 2008 y ya desde el principio se comprendió su magnitud internacional: ¡se presentaron a concurso más de 1.500 proyectos de más de 80 países! Venció el estudio irlandés Heneghan Peng, desarrollando una espectacular obra que se compone de:
El catálogo de la colección se compone de entre 50.000 y 100.000 piezas, según diferentes estimaciones. Las grandes joyas que ningún visitante se puede perder cuando visite el Gran Museo Egipcio de Giza son:
Aunque Giza sea conocida por tener las más espectaculares pirámides de Egipto, en esta ciudad también hay otros planes para turistas de diferente tipo. De hecho, aquí se concentran propuestas alternativas a la Egiptología que impregna a las pirámides de Giza y al bullicio de la vibrante capital del país. Una especie de ‘tercera vía’ que gustará, sobre todo, a los que viajen en familia, puesto que cuenta con lugares atractivos para los niños, para disfrutar sin prisas y desde un punto de vista más lúdico. Los repasamos a continuación
Como ocurre en todo destino turístico que se precie, no puede faltar un parque temático. Y en el caso de Giza, la temática estrella no puede ser otra que el Antiguo Egipto. Esa es la ambientación de este pequeño recinto situado junto a la orilla oriental del Nilo, frente a la isla de Jacob. Está orientado sobre todo a los niños más pequeños, que se verán fascinados por los decorados del recinto y, sobre todo, por la caracterización y vestimenta de los actores y monitores.
Se organizan actividades y actuaciones en las que faraones, reinas, sacerdotes y miembros de la corte son los protagonistas. Otras propuestas van dirigidas a jóvenes más mayores, como escape rooms con momias. Talleres infantiles, parques e incluso un crucero lúdico por el Nilo son algunas de las opciones que también están en el catálogo de este pequeño parque temático de Giza.
Sin embargo, si lo que buscas es un parque de atracciones con emociones más intensas, la mejor opción para cairotas y turistas es Dream Park, situado al otro lado de las pirámides de Giza, a unos 25 km de la orilla izquierda del Nilo. Es aquí donde encontrarás las clásicas montañas rusas, los descensos acuáticos o las estructuras giratorias. También hay trenecitos, tiovivos y otras propuestas para los más pequeños, hasta conformar una lista de aproximadamente medio centenar de atracciones. Su recinto tiene una superficie de unas 150 hectáreas y una capacidad para más de 3.000 visitantes al día. Cuenta con áreas de restauración y tiendas comerciales.
Otro clásico del turismo familiar en el área metropolitana de El Cairo es el Zoo de Giza. Situado muy cerca de la orilla del Nilo, a la altura de la isla de Rhoda, puede presumir de ser el zoológico más grande de todo Egipto. Y además, es un espacio que cumple la función de zona verde de más de 30 hectáreas, por lo que pasear por él es una buena opción para escapar del calor sofocante.
En lo que a sus orígenes se refiere, el Zoo de Giza se puede considerar uno de esos proyectos que situaba a la zona de El Cairo a la altura de las grandes ciudades de Europa y Occidente, impulsado por el jadive Ismail a finales del siglo XIX. Y buena prueba de ello es el puente de hierro diseñado por Gustave Eiffel.
En lo que se refiere a la fauna del Zoo de Giza, se contabilizan más de 175 especies y 6.000 ejemplares, aproximadamente. Especial importancia tienen razas autóctonas, sobre todo en el apartado de reptiles, como por ejemplo la cobra egipcia (Naja haje), célebre porque se cree que Cleopatra utilizó su veneno para suicidarse, por lo que también se la conoce como áspid de Cleopatra. Además, era un animal muy simbólico para los faraones, pues representaba a la diosa Uadyet, a la que invocaban con un ureo a la altura de la frente, visible en las máscaras funerarias.
Las aves migratorias también tienen un papel muy destacado aquí, como flamencos o ibis. La lista de especies es amplia e incluye algunas fuertemente asociadas a África, como grandes felinos (leones), jirafas y rinocerontes, entre otros.
Un respiro similar al Zoo de Giza lo ofrece el adyacente Orman Garden, el jardín botánico de referencia de toda el área metropolitana de El Cairo. Y de hecho, se creó casi a la par que el mencionado zoo: impulsado por el jadive Ismail a finales del siglo XIX, como parte del jardín de su palacio. Con algunas hectáreas menos que su vecino, está organizado en zonas de diferentes características, como la rocalla (estilo rústico y rocoso), la rosaleda o el jardín de cactus (cactarium).
Pero el lugar más emblemático es, sin duda, su estanque de plantas de loto, un espacio natural estrechamente ligado a la cultura del Antiguo Egipto, como símbolo de la pureza, del nacimiento sobre las aguas del Nilo y de la invocación al dios Ra, pues los pétalos de su flor se abren al recibir los rayos del sol.
La Universidad de El Cairo es la gran institución de educación superior al estilo ‘occidental’. Y surgió precisamente como equivalente moderno a la Universidad religiosa de Al-Azhar (madrasa), un centro de enseñanza de carácter islámico que algunos consideran el más antiguo del mundo y que aún hoy goza de prestigio internacional, como te contamos en la página dedicada a El Cairo.
Esta, en cambio, surgió a comienzos del siglo XX y aunque tiene el ‘apellido’ de El Cairo, está en la ciudad de Giza. Su campus principal ocupa un enorme espacio junto al zoo y al jardín botánico, destacando en su acceso el edificio administrativo central, con una enorme cúpula. Cuenta con cerca de una veintena de facultades, entre las que se puede citar la de Medicina, la de Derecho y la de Arqueología.
Desde un punto de vista artístico y turístico, uno de los elementos más reconocidos por cairotas y visitantes es la escultura Renacimiento de Egipto, obra del artista Mahmoud Mukhtar, el más importante del país en el siglo XX. Se sitúa en un lugar estratégico, junto al comienzo del Puente de la Universidad de El Cairo, entre el jardín botánico y el zoo, y en perspectiva con la mencionada cúpula universitaria al fondo.
No hay que confundir la Universidad de El Cairo con la New Giza University, de carácter privado y de fundación mucho más reciente, pues inició sus clases en 2016. Esta, además, se ubica en otra zona: la exclusiva área de New Giza.
Es una de las pocas mansiones decimonónicas que se conservan en Giza y que permiten imaginar cómo era esta zona hasta que el boom demográfico de finales del siglo XX llenara todo de bloques de viviendas. Recibe el nombre de un ministro egipcio de la década de 1930 que, además de político, fue un gran coleccionista, sobre todo de arte moderno occidental. Por ello, la colección que aquí se expone se puede considerar una de las mejores de este tipo en el área metropolitana de El Cairo y de todo Egipto en general.
La lista de artistas con presencia en el catálogo es deslumbrante e incluye al escultor Auguste Rodin y a los pintores Corot, Pisarro, Millet, Renoir, Sisley, Monet, Gauguin, Degas, Toulouse-Lautrec y Van Gogh, en este último caso con una serie de cuadros de lirios que supone el gran reclamo para sus visitantes.
El tour a las pirámides de Giza es esa excursión imprescindible que deben hacer todos los viajeros desde El Cairo. Y para muchos, es el motivo principal de su viaje. Si ese es tu caso, puedes consultar la información de cómo viajar hasta aquí desde la página de El Cairo, puesto que lo más probable es que tengas que aterrizar en el aeropuerto la capital egipcia. No obstante, próximamente se prevé la inauguración de un nuevo aeropuerto, el Sphinx International Airport, que tiene por objetivo dar servicio a Giza y a todo el Oeste del El Cairo.
En cambio, si vas a pasar unos días descubriendo intensamente las pirámides de Giza, su necrópolis y los otros atractivos explicados sobre esta ciudad, te será de gran utilidad echar un vistazo al siguiente apartado.
A la hora de alojarte, tienes dos grandes opciones: elegir un lugar en las cercanías de las pirámides de Giza o bien optar por El Cairo. En la capital egipcia hay mayor variedad, como puedes imaginar, pero la oferta hotelera situada junto a la necrópolis también es de alta calidad. Por ejemplo, varias cadenas internacionales tienen presencia en el área comprendida entre las pirámides de Giza y el Gran Museo Egipcio, por lo que se puede considerar como una interesante opción para los viajeros que tienen como prioridad la visita de ambos lugares.
Más al oeste se encuentra New Giza, una zona residencial exclusiva que alberga algunas de las instalaciones más modernas del área metropolitana de El Cairo. A la mencionada universidad de New Giza se suma el campo de golf, escuelas internacionales, hoteles de lujo y otras soluciones de alojamiento de alto nivel. Por ello, esta puede ser una buena elección para los viajeros que buscan los mayores estándares de calidad.
Por lo que respecta al transporte, moverse por Giza puede no resultar muy cómodo si recurres exclusivamente a los medios públicos. La línea 2 de Metro recorre una parte de la ciudad, con varias paradas como son El Bohoos, Cairo University, Giza, Sakkiat Mekki y El Monib. Sin embargo, esta se puede considerar solo una solución para desplazamientos cercanos a la orilla occidental del Nilo, donde se ubican el zoo, el jardín botánico, la universidad y el Parque Faraónico.
Sin embargo, el Metro no es una opción para llegar a las pirámides de Giza desde otros puntos de la ciudad o desde el centro de El Cairo, pues queda muy alejado. La solución sería el autobús desde el centro de El Cairo (líneas 355 y 357), pero tampoco es la opción más cómoda y recomendable.
En este sentido, el medio de transporte más acertado es el taxi, preferiblemente los blancos, pues sus vehículos son más modernos y cómodos. Para la tarifa, puedes tomar como referencia lo expuesto en la página de El Cairo: la tarifa estándar te costará 2,50 LE de bajada de bandera y 1,25 LE por kilómetro. Y te recordamos que en los últimos tiempos han surgido taxis rosas, conducidos por mujeres y dirigidos a viajeras, como gesto de confianza y seguridad.
Al pie de las pirámides de Giza, junto al puesto de control de acceso y el Mena House Hotel, encontrarás una oficina de información turística, donde podrás documentarte sobre las visitas a la necrópolis, al Gran Museo Egipcio y al resto de atracciones de la ciudad. No obstante, dada la vinculación geográfica de Giza y El Cairo, en las oficinas de la capital egipcia también encontrarás información sobre las pirámides de Giza y el resto de atractivos vecinos.
Por último, te recordamos que si lo deseas, Egipto Exclusivo puede proporcionarte los mejores servicios en transporte, alojamiento e información. Para el transporte, taxis privados y minivan con con chófer para que no tengas que preocuparte de ningún desplazamiento. Alojamiento, para que puedas pernoctar en un hotel o villa a la altura de tus expectativas. E información, con los mejores guías para que disfrutes al máximo de cada visita. Ponte en contacto y no pierdas detalle de las pirámides de Egipto más famosas.
Rellena el siguiente formulario para recibir un presupuesto gratis sin compromiso hecho a medida por una agencia especializada en Egipto.
Agencia de viajes y DMC especialistas en viajes a Egipto privados y a medida
Mandala Tours, S.L, NIF: B51037471
Licencia: C.I.AN-187782-3