El Islam, en Egipto, es mucho más que la religión predominante del país. La vida social, el ordenamiento jurídico y la política están ampliamente condicionados por las costumbres musulmanas y por la palabra sagrada difundida por Mahoma, plasmada en el Corán. Por ello, si vas a realizar un viaje a este país, es importante que conozcas cómo es esta religión y cómo se vive aquí. Las claves principales las encontrarás en estas líneas, pero si deseas profundizar en persona durante tu viaje, nuestra agencia puede configurar un programa en el que la religión tenga mucho peso, pues es una de las grandes señas de identidad del país.
Hay algunas cifras que ilustran bien la importancia y vigencia que tiene el Islam en Egipto, como podrás descubrir con tus propios ojos cuando realices tu viaje por el país:
Debido a la cercanía de Egipto con respecto a los lugares sagrados y fundacionales del Islam, como La Meca o Jerusalén, este país fue uno de los primeros en ser conquistado por las tropas musulmanas en sus momentos más tempranos de expansión. Mahoma nació en La Meca en el año 570, inició la Hégira en el 622 (momento en el que comienza el calendario islámico) y murió en Medina en el 632.
Tras ello comenzó una rápida expansión de la fe musulmana por Oriente Próximo, lo que se tradujo en la introducción del Islam en Egipto entre el 639 y el 642. Por entonces, este país permanecía bajo dominio del imperio bizantino a nivel político y bajo la fe del cristianismo copto a nivel religioso, aunque sumida en profundas controversias doctrinales y en convivencia con otros credos.
Por cuestiones geográficas, la península del Sinaí fue la primera zona en ser conquistada por los ejércitos árabes compuestos, entre otros cuerpos, por 4.000 jinetes de élite. Además, se reclutó a numerosos beduinos del desierto. Las ciudades fueron cayendo una tras otra y, de hecho, supuso una de las conquistas más rápidas en esta fase de expansión musulmana: Pelusio, Belbeis, Heliópolis, Fayum, la Tebaida…
También fue muy importante la victoria en la fortaleza romana de Babilonia, situada en un punto estratégico entre el Delta y el Valle del Nilo. Su toma dio como resultado el surgimiento de algunos campamentos militares y asentamientos administrativos, como Fustat y más tarde Al Qahira, orígenes de la actual ciudad de El Cairo.
Pero la batalla definitiva, como suele ocurrir en casi todas las conquistas y guerras, fue la de la capital, que por entonces era Alejandría. Esta ciudad cayó en el 641, desmontando casi por completo la resistencia bizantina.
En cambio, la zona en la que más tardíamente entró el Islam en Egipto fue el extenso y lejano sur, la Baja Nubia. Y no solo por cuestiones geográficas, sino también por lo radicado que estaba el cristianismo aquí, recibiendo apoyo desde el resto de Nubia, que estaba conformado en el reino de Dongola (actual territorio de Sudán). Esta área no abrazó definitivamente el Islam hasta bien entrada la Edad Media.
Desde la llegada del Islam a Egipto, el país se ha mantenido siempre bajo la fe musulmana. Consumada la conquista, los nuevos dominadores musulmanes no impusieron esta nueva religión por la fuerza, aunque sí establecieron tasas a los no creyentes y se dio preferencia a los conversos, lo que facilitó que alcanzara el estatus de religión principal siglos después. Aunque hay controvesias sobre la velocidad de ese avance, es seguro que el Islam en Egipto era ya ampliamente mayoritario en los siglos XI y XII
A nivel de amenazas a su dominio, solo cabe citar algunos intentos tempranos y fallidos por parte del Imperio Bizantino para restituir el cristianismo. Lo mismo ocurrió con los ejércitos europeos en las campañas militares medievales conocidas como Cruzadas, que tenían como objetivo recuperar Jerusalén y otros lugares sagrados para esta religión, siendo la conquista de Egipto un paso previo a ello.
Es cierto que, en un extremo de la sociedad, existen corrientes muy conservadoras del Islam en Egipto, como la organización Hermanos Musulmanes. Y también lo es que, por el extremo contrario, hay egipcios que en la actualidad que no siguen con mucha rigidez los preceptos islámicos: según datos de Arabbarometer.org, el porcentaje de personas que no se declararan religiosas subió en la última década desde casi el 3% hasta más del 10%. No obstante, es una de las cifras más bajas de los países de su entorno y la mayor parte de la población se encuentra en un amplio término medio.
Y ese es también el papel que suele ocupar Egipto dentro del contexto internacional: un rol de centralidad, con tendencia moderada y ligeramente aperturista. El mejor ejemplo de todo ello es la mezquita de Al Azhar, que también cumple la función de centro de enseñanza de referencia internacional. Su Gran Imán, además, es uno de los grandes líderes espirituales para los fieles del Islam, en Egipto y fuera de él.
Los musulmanes de Egipto, como los de cualquier otro país, deben regir sus vidas en base a los cinco pilares de esta religión, que son:
Uno de los pilares que estará muy presente en tu viaje a Egipto, seas o no musulmán, es el de la oración: la hora del rezo no pasará en absoluto desapercibida gracias a las poderosas llamadas que emite la megafonía instalada en los mineretes de las mezquitas. Principalmente, la de los viernes a mediodía, momento en el que hay que acudir a estos templos a orar en comunidad, mientras que el resto de las veces puede hacerse de manera privada en el hogar.
El Ramadán es otro de los pilares del Islam, y en Egipto se vive intensamente. Además, puede que tengas la suerte de conocerlo durante tu viaje a Egipto, si coinciden las fechas. Y por ello merece que le prestemos una atención especial, no solo para comprender su significado sino también para respetarlo debidamente, sin incurrir en ofensas por desconocimiento.
El Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, que no es solar sino lunar, por lo que este periodo varía de un año para otro. El ayuno que se realiza durante este mes consiste en la abstinencia de comer y beber desde el alba hasta la puesta de sol. Eso provoca que la actividad en la calle se ralentice al mínimo, pues muchas personas optan por levantarse tarde o echarse una siesta larga, o bien cerrar sus establecimientos para reducir sus esfuerzos todo lo posible.
Pero el Ramadán dista mucho de ser un mes de tristeza y austeridad. Al contrario: es un periodo de especial compañerismo y alegría para los musulmanes en Egipto, especialmente en el momento de romper el ayuno (itfar) tras la puesta de sol. En algunos casos se organizan cenas multitudinarias donde no falta de nada. En otros casos, se programan actos públicos y espectáculos durante la noche, que se alargan hasta bien entrada la madrugada. Por ello, muchos son los turistas que, lejos de evitar el Ramadán en sus fechas viaje, lo eligen como auténtica experiencia cultural.
Si tu viaje coincide con el Ramadán y no eres musulmán, no tendrás por qué realizar este ayuno, pero sí debes tener especial consideración hacia el resto de personas. En particular, no comer ni beber en su presencia, pues está considerada una importante falta de respeto. Todo lo contrario a ello es felicitar el Ramadán a los musulmanes con los que entables relación durante tu viaje: decir ‘feliz Ramadán’ (Ramadan mubarak) es un gesto sencillo y que seguro te agradecerá quien lo reciba.
En cualquier caso, si viajas de la mano de nuestra agencia durante el Ramadán, nos encargaremos de darte pautas y los mejores consejos prácticos para que te desenvuelvas con soltura en este periodo tan especial para el Islam en Egipto.
El Islam, en Egipto y en el resto de países, es una religión con diferentes corrientes, en base a hechos de la vida de algunos personajes sagrados para esta religión, o bien en base a la interpretación de la Sharia o ley islámica. Y en Egipto están presentes las dos corrientes principales, aunque en proporción muy desigual: el sunismo y el chiismo.
La gran mayoría de quienes profesan el Islam en Egipto son de corriente suní, que engloba a cerca del 90% de los 90 millones de musulmanes del país, según algunas fuentes. Y es también la corriente mayoritaria en prácticamente todo el mundo musulmán, abarcando más del 85% de los creyentes de esta religión.
Se consideran a sí mismos los más tradicionales y, de hecho, su nombre deriva de su creencia en la Sunna, una colección de enseñanzas tradicionales atribuidas a Mahoma y que los suníes consideran una fuente de las revelaciones de Alá, al igual que el Corán.
Y como decíamos más arriba, en la capital de Egipto se encuentra una de las mezquitas y centros de enseñanza más importante para los suníes de todo el mundo, la mezquita de Al Azhar, así como muchísimas otras de gran importancia por su historia, monumentalidad o simbolismo religioso.
En cambio, menos del 10% de los musulmanes de Egipto se declaran chiíes, una cifra que varía mucho de una fuente a otra, quizás porque algunos seguidores de esta corriente no reconocen abiertamente su condición al considerarse perseguidos o desplazados.
Las diferencias con los suníes son principalmente dos. Por un lado, suelen realizar interpretaciones más flexibles de los textos sagrados. Y por otro, la más importante: son seguidores de Ali, califa y yerno de Mahoma por su matrimonio con Fátima, hija del profeta. Ali fue asesinado en el 661 y a sus hijos, Hassan y Hussein, no se les reconoció el derecho a sucederle.
Pero a pesar de representar a una proporción minoritaria entre los musulmanes de Egipto, en El Cairo tienen una de sus mezquitas más sagradas: la mezquita de Al-Hussein, que contiene los restos de Hussein, el mencionado hijo de Ali y Fátima, y por tanto nieto del profeta Mahoma. Y pese a las rivalidades entre las dos corrientes, los suníes mantienen gran respeto a este templo, entre otras cosas por razones históricas: la dinastía fatimí, que reinó durante un par de siglos en el país (s. X-XII) de forma muy fructífera, se declaraba heredera de Fátima y, por tanto, chií.
Es interesante detenerse en las principales mezquitas del país, no solo por su monumentalidad, sino también porque tienen un gran simbolismo para los seguidores del Islam en Egipto e incluso de otros países. A continuación te mostramos una lista, de las que puedes conocer más detalles en las páginas dedicadas a su respectiva ciudad:
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