El peso del cristianismo copto en Egipto es muy destacable. De hecho, es la otra gran religión actual del país, aunque notablemente por detrás del Islam. Sin embargo, se considera la tercera gran religión en términos históricos: la primera en surgir fue la religión egipcia, que desarrollamos ampliamente en esta página. A ella le siguió la fe cristiana, que acabó imponiéndose cuando también lo hizo en todo el Imperio Romano. Y la última, el Islam, es la mayoritaria actualmente en el país, así como la religión que marca el ritmo de la sociedad egipcia, como te explicamos en esta otra página.
Por tanto, el término de ‘gran religión’ no tiene que ver con el número de practicantes o la cantidad de templos que se pueden ver por la calle. Lo empleamos por su larga historia y por la devoción que demuestran sus fieles, así como por el atractivo que despierta para viajeros de otros países, especialmente cristianos. En estas líneas te damos algunas claves para entender el cristianismo copto de Egipto, sobre el que nuestra agencia puede organizar un viaje temático si así lo deseas.
El término copto hace referencia de manera general a los egipcios que profesan el cristianismo en Egipto, que lo hacen con una serie de particularidades que mostramos en esta página. La palabra ‘copto’ es, como muchos otros, una derivación de otros vocablos antiguos: en este caso, del griego aegyptios, que los propios coptos convirtieron en kuptios y los árabes simplificaron en qubṭ
Por tanto, hubo un tiempo en el que todos los egipcios eran coptos y el nombre que en Occidente se emplea para designar al país (Egipto) está estrechamente relacionado con ello. Conviene recordar que, en cambio, en el mundo árabe se emplean palabras distintas para designar a este país y a sus habitantes: Misr y misriin, respectivamente.
La relación de Egipto con la tradición cristiana es muy antigua. De hecho, este país aparece mencionado en varias ocasiones en las Sagradas Escrituras, siendo el lugar en el que se desarrollaron algunos episodios bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Uno de los ejemplos de ello es la acogida que recibió José (Yussef), hijo de Jacob. Fue traído forzosamente hasta aquí, vendido como esclavo por sus hermanos, que le envidiaban y odiaban. Fue acusado de adulterio y encarcelado, pero posteriormente fue liberado por un faraón de la dinastía XV, sobre el que no hay unanimidad. El monarca le nombró chaty en agradecimiento por la interpretación de uno de sus sueños.
Más famosa para los cristianos, y también para los judíos, fue la larga travesía que protagonizó el profeta Moisés en la península del Sinaí, periodo en el que se produjeron episodios que aún hoy impulsan numerosos viajes de peregrinación. Es el caso de la entrega de las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí o el fuego milagroso sobre la zarza ardiente, hoy en el Monasterio de Santa Catalina.
Pero para los cristianos coptos de Egipto y para los del resto del mundo, uno de los capítulos más inspiradores fue la Huida a Egipto, cuando la Sagrada Familia (la Virgen María, San José y el Niño Jesús) se vio obligada a recalar en este país durante un tiempo, como se relata en el Nuevo Testamento. Algunos lugares que la tradición relaciona directamente con esa estancia son ahora importantes lugares sagrados para el cristianismo copto en Egipto, como mostramos más abajo.
Egipto fue uno de los primeros países en los que penetró el cristianismo, muy poco después de la muerte de Jesucristo (año 33, aproximadamente). Según la tradición, San Marcos (o Marcos el Evangelista), natural de Cirene (actual territorio de Libia), ya predicaba la nueva fe en Alejandría en el año 45. No obstante, el conocimiento de esta nueva religión, por entonces clandestina y perseguida por los romanos, pudo llegar directamente desde Palestina.
En los primeros tiempos del cristianismo copto en Egipto se desencadenaron tensos debates en torno a los propios dogmas de fe de esta religión. Además, algunos elementos propios del Antiguo Egipto pudieron influenciar en el desarrollo de la doctrina cristiana general. Por ejemplo, una cierta asimilación de la Virgen María con la diosa Isis, pues ambas concibieron a sus hijos por intercesión divina. O la exaltación de la cruz como símbolo de vida (victoria de Cristo sobre la muerte), como precisamente se hacía por doquier con el Anj en la religión egipcia antigua, con la que guarda un innegable parecido. O incluso la disposición de los primitivos templos cristianos, con una zona a la que no podían tener acceso los fieles, como puede ser el altar o el iconostasio en las iglesias ortodoxas.
La legalización del cristianismo copto en Egipto y su imposición como religión oficial se produjeron a la par que en el resto del Imperio Romano, pues este territorio formaba parte de él. Ambos hechos se produjeron con los emperadores Constantino I el Grande (313) y con Teodosio I el Grande (380), respectivamente. Y en este país, la capital espiritual siempre fue Alejandría, sede de los diferentes patriarcados, de los que San Marcos se considera el fundador.
Hasta entonces, el cristianismo en Egipto había ganado mucho terreno, aunque la necesidad de rezar a escondidas y la necesidad de huir de las persecuciones pudieron ser motivos del surgimiento del movimiento monacal, uno de los elementos más destacados de esta religión en el país. También pudo influir en ello el ejemplo previo de ermitaños paganos e, indudablemente, el las condiciones extremas del paisaje natural del desierto, que invita a la reflexión y la meditación, como hoy pueden experimentar no solo los monjes de los monasterios supervivientes sino también los protagonistas de viajes espirituales.
Algunos de los personajes más venerados por el cristianismo copto de Egipto y por el resto de creyentes en general son San Pablo Ermitaño (o de la Tebaida) y San Antonio Abad, este último nacido en Heracleópolis y verdadero fundador del movimiento eremítico. Poco después, San Pacomio, natural de Luxor, reguló aquella experiencia religiosa y vital. Este último se considera por ello el fundador del monacato cenobita, en el cual los monjes se retiran a la vida espiritual pero de manera comunitaria.
Además de Marcos el Evangelista y de estos precursores del movimiento monacal, el cristianismo copto de Egipto venera como santos a otros personajes, que fueron martirizados por practicar su religión o que protagonizaron algunos episodios considerados como milagrosos. Se cuentan por decenas, pero estos son algunos de ellos:
Simón el Curtidor: se trata de un santo local de la Edad Media, que vivió y murió en los siglos IX-X, aunque en fecha indeterminada. De hecho, no es muy famoso fuera del país, pero sí es un personaje al que se le profesa gran devoción en el cristianismo copto de Egipto. ¿Su principal logro? Mover una montaña… como puede apreciarse en la actualidad. Sí, así lo entenderás si visitas el Monasterio de San Simón en El Cairo, un recinto religioso espectacular que forma parte de nuestros tours por esta ciudad y al que hacemos mención más abajo. Según la creencia local, este santo intercedió en una disputa entre el Papa copto y el gran visir del Califa de entonces, que lamentaba que las montañas de Mokattam impidieran la expansión de su Imperio. Así que este santo se empeñó en mover milagrosamente la montaña en la que se emplaza el monasterio actual, erigido en su honor y promovido por los zabaleen, recogedores de basura de la ciudad
Aunque el cristianismo copto de Egipto ayudó a perfilar una doctrina posteriormente aceptada a nivel internacional, eso no evitó que se produjera la ruptura con el Imperio Romano de Oriente (Imperio bizantino), por diferencias insalvables sobre determinados dogmas.
Sobre todo, en lo que se refiere a la naturaleza de Jesucristo: los líderes del cristianismo copto de Egipto han defendido siempre el monofisismo, es decir, que Jesucristo solo tiene una naturaleza, la divina. En cambio, la amplia mayoría de las ramas del cristianismo no es monofisita, pues sostiene que Jesús tuvo naturaleza tanto humana como divina, algo que los coptos consideran una blasfemia.
En un principio, las tesis del cristianismo copto de Egipto triunfaron en el Concilio de Nicea (325) pero más de un siglo después se dio un giro de timón en el Concilio de Calcedonia (451), rechazando los postulados liderados por el Patriarcado de Alejandría. En aquel momento, se produjo una escisión total y desde entonces la Iglesia copta tiene su propio Papa, cuyo título suele conocerse comúnmente como ‘Papa de Alejandría y Patriarca de toda África’. No obstante, se mantuvo bajo el paraguas político del Imperio bizantino.
En este contexto de escisión y aislamiento con respecto al resto del mundo cristiano, el país fue conquistado rápidamente por las tropas árabes musulmanas (639-642), en plena expansión tras la muerte de Mahoma. El profeta, por cierto, había enviado diez años antes a Bizancio (hoy Estambul) un emisario desde Arabia para revelarle una nueva religión, la islámica, que fue rechazada de plano.
Tras la conquista musulmana del Egipto cristiano copto, no se produjo una disrupción total con la situación anterior, pues se mantuvo fuerte en la nueva capital, El Cairo, y en territorios meridionales del Valle del Nilo. En ello se incluye a la Baja Nubia, apoyada por los reinos nubios cristianos del sur (Dongola, hoy Sudán). Pero las élites dirigentes, de fe islámica, impusieron tasas a los cristianos coptos de Egipto y dieron beneficios a los conversos, lo que fue minando progresivamente el número de seguidores de Jesús.
Al menos desde el siglo XI, ya se habían invertido las tornas y la población egipcia era mayoritariamente musulmana, incluido el lejano sur. Y buena parte de los miembros del cristianismo copto de Egipto habían decidido retirarse a una vida comunitaria en sus monasterios, buscando protección dentro de sus murallas.
Solo durante el siglo XX, en un mundo más interconectado que en los siglos anteriores, estos monasterios parecieron florecer de nuevo, con aumento en el número de monjes y en los fondos de sus bibliotecas. En la actualidad, el turismo ha imprimido también un importante impulso al cristianismo copto de Egipto, lo que supone una ayuda para la restauración de sus edificios y el mantenimiento de sus tradiciones. Así lo puede descubrir el viajero que, de la mano de nuestra agencia, visita El Cairo y algunas ciudades del Egipto Medio, entre otros lugares.
Durante tu viaje a Egipto podrías experimentar cierta confusión a la hora de visitar iglesias y otros lugares de culto, puesto que además de la Iglesia copta, hay otras ramas presentes en el país y que a menudo, por simplificación, se las encuadra dentro del concepto de ‘cristianismo copto de Egipto’. Sin embargo, no son iguales: aunque todos sus fieles creen sin fisuras en Jesucristo, no siguen exactamente la misma doctrina ni obedecen a los mismos líderes espirituales.
Estas son todas las ramas existentes en el país, con presencia desigual:
Otras ramas del cristianismo en Egipto: hay fieles que siguen otros ritos diferentes a los tres anteriormente descritos. Estos creyentes son difíciles de cuantificar pero que podrían estar en aumento por la emigración hacia Egipto de sus seguidores, procedentes de otros países de Oriente Próximo. Es el caso de las iglesias de rito armenio, caldeo, sirio, melquita o maronita
La situación de los seguidores del cristianismo copto en el Egipto actual no es fácil. A menudo aseguran sentirse señalados y perseguidos por los sectores más extremistas de la sociedad, que han llevado a cabo algunos ataques en los últimos años. Eso ha provocado que muchos hayan optado por la emigración a otros países, entre ellos Estados Unidos.
En cualquier caso, los cristianos coptos de Egipto están plenamente integrados en la sociedad y están presentes en todos estratos de la pirámide. Muchos de ellos forman parte de las élites, con cargos oficiales importantes o con una posición económica privilegiada, lo que puede ser fuente de recelos. Pero también hay seguidores de esta religión en las capas más humildes de la sociedad egipcia, como es el ejemplo de los zabbalin o recogedores de basura en El Cairo.
Por la gran significación que tienen algunos lugares sagrados del cristianismo copto, Egipto es hoy un importante destino de peregrinos venidos de todo el mundo. Y por la belleza o interés histórico de todos ellos, son también paradas muy solicitadas por los amantes del turismo religioso. Cabe citar iglesias de referencia en sus principales ciudades, pero también importantes monasterios, auténticos inspiradores para otros presentes en el resto de la cristiandad. Además, hay otros lugares sagrados naturales que ejercen un gran poder de atracción y que no podemos pasar por alto. A continuación los repasamos.
Los principales templos del cristianismo en Egipto se encuentran en El Cairo y en Alejandría. En el primer caso, por ser la capital del país. Y en segundo, por ser la capital anterior a la conquista árabe, es decir, cuando en Egipto la fe mayoritaria era la cristiana. Esta es una lista con las iglesias y catedrales más importantes, ya sean de doctrina copta u ortodoxa griega: todos ellos los puedes visitar por belleza o por simbolismo religioso y puedes ampliar información sobre ellos en las páginas de ambas ciudades.
Como hemos visto, el movimiento monacal ha tenido siempre una gran importancia en el desarrollo del cristianismo en Egipto. Por ello, muchos de ellos han logrado sobrevivir durante siglos y en la actualidad representan visitas de enorme interés para los turistas interesados en temas religiosos. Aquí enumeramos los más importantes:
Además de estas catedrales, iglesias y monasterios, quienes viajen con la intención de visitar lugares sagrados para el cristianismo en Egipto pueden tomar nota de otras propuestas. Por ejemplo, las dos cumbres sagradas de la Cadena Montañosa del Sinaí.
La más famosa es el Monte Sinaí, de gran significación no solo para los cristianos sino también para los judíos, pues según la Biblia aquí recibió Moisés las Tablas de la Ley con los Diez Mandamientos. En la actualidad, ver amanecer en su cima es una experiencia que combina belleza natural y emoción mística. Y por ello es una de las excursiones favoritas entre quienes pasan sus vacaciones en el Mar Rojo o incluso el destino final de viajes de peregrinación religiosa.
Muy cercano y parecido es el Monte Catalina, la cumbre más alta de todo el país con 2.642 msnm. Según la tradición cristiana, en esta montaña, situada en las inmediaciones del mencionado Monasterio de Santa Catalina, unos ángeles depositaron el cuerpo muerto e incorrupto de esta santa mártir, natural de Alejandría. Si bien recibe mucho menos trasiego de peregrinos, llegar hasta su cima ofrece vistas y emociones muy parecidas a las de su vecino Monte Sinaí.
Menos famoso pero mucho más accesible a todos es el Árbol de María (Shagarat Mariam), situado en el barrio de Al Matariya, en el noreste de El Cairo. Según la tradición, bajo la sombra de este sicomoro se detuvo a reposar por un tiempo la Virgen. Por ello, es visitado por grupos de cristianos pero también de musulmanes y de otros credos. En la actualidad, solo se conserva el tronco y las ramas desnudas de este árbol, que adopta una peculiar forma retorcida, como es habitual en esta especie. Sobrevivió a la invasión napoleónica y hay quien le atribuye poderes sanadores a las aguas que brotan de una fuente cercana.
Estos son solo algunos de los principales lugares relacionados con el cristianismo en Egipto, que atraen la atención de numerosos visitantes extranjeros. Pero hay muchos otros, repartidos por todo el país, como te ayudaremos a descubrir durante tu viaje. ¡Ponte en contacto con nosotros y empieza a planificar una experiencia que recordarás toda la vida!
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