Como es lógico, más de tres mil años de historia dan para muchos reyes y dinastías de Egipto. Pero ello, aunque en esta página ya hablábamos de los distintos periodos de esta civilización, hemos querido elaborar una tabla aparte con la cronología de los faraones egipcios, que podrás utilizar como guía de consulta cuando visites una ciudad o un monumento. Te recordamos que podemos proporcionarte un guía cualificado que pondrá cada anécdota en contexto, pero seguro que te será de gran ayuda tener a mano un esquema como este para que estructurar cada dato, fecha u otra información que recibas. ¡Tenlo siempre a mano para salir de dudas durante tu viaje!
Este es el esquema básico de los períodos en que se divide el Antiguo Egipto y que ampliamos más abajo:
Cabe puntualizar que no siempre hay unanimidad entre los expertos sobre las fechas de la cronología de los faraones egipcios, especialmente en las primeras dinastías de Egipto, por falta de documentos fiables y precisos. Y tampoco hay total precisión en cuanto a los nombres, por lo que en la siguiente relación de monarcas se incluyen las diferentes variantes que se han empleado a lo largo de la historia.
En cualquier caso, las fuentes documentales que se toman en mayor consideración son las siguientes: la lista elaborada por Manetón (sacerdote de Heliópolis) en el siglo III a.C, la lista real del templo de Seti I en Abidos, la Piedra de Palermo, la Lista Real de Saqqara y los fragmentos del papiro del Museo Egipcio de Turín, conocido como Canon de Turín.
Esta es la época de formación del Antiguo Egipto, con periodos y reinados difíciles de datar, donde a menudo lo histórico se mezcla con lo legendario.
Horus Escorpión II (o Rey Escorpión II): su nombre deriva de los dos signos jeroglíficos de su nombre. Podría tratarse del padre de Narmer, considerado el primer faraón de las dinastías del Egipto unificado. Su enterramiento pudo estar en Umm el-Qaab (Abidos)
También llamado Periodo Tinita, por ser Tinis la primera capital de este reino ya unificado, así como el lugar de procedencia de estos monarcas.
Formada por cuatro dinastías de Egipto. Amenudo se suele llamar el Periodo de las Pirámides, puesto que lo más destacado de este periodo a nivel constructivo fueron esas espectaculares estructuras funerarias.
Pepy II (o Neferkara Pepy): otro hijo de Pepy I. De toda esta cronología de faraones egipcios, tiene el honor de ser el que gobernó más años: unos 90, al parecer. Su complejo funerario también estaba en Saqqara. Tras su muerte, la dinastía se descompone por el excesivo poder que acumularon los altos funcionarios y la organización del país se viene abajo, dilapidando la centralización del gobierno en Menfis. A ello también contribuyó la sangría de recursos que suponían la construcción de estas pirámides
Egipto deja de ser un reino unificado y se produce una fuerte descentralización de poder en los nomos. Por ello, en esta lista las dinastías de Egipto se superponen, con gobernantes menfitas ostentando el poder nominal pero no el efectivo, que recaía en nomarcas de diferentes áreas. Es, en definitiva, un periodo de inestabilidad y conflictos bélicos entre diferentes territorios.
En este punto, la cronología de faraones egipcios vuelve a referirse a monarcas que gobernaron todo el territorio del país, de nuevo unificado y con capital en Tebas (o Uaset, actual Luxor).
Neferusobek (o Sebekkara Neferusobek): de todas las dinastías de Egipto, tiene el honor de ser la primera reina gobernante (aunque durante sólo unos años), probablemente hermanastra o tía de Amenemhet IV. Tampoco tuvo hijos varones, lo que propició un periodo de inestabilidad política. Su lugar de enterramiento, al igual que su predecesor, estaría en Mazghuna, cerca de Dashur
Tras el fin del anterior linaje por la ausencia de herederos masculinos, se abre un periodo con nuevas dinastías de Egipto, que se superponen entre sí por la incapacidad para imponer su autoridad (dinastías XIII y XIV) y por la supremacía efectiva de los hicsos (dinastías XV y XVI), extranjeros (cananeos) que acabaron dominando el país. Se producen retrocesos ante el reino de Kush, que ahora domina hasta la primera catarata del Nilo, aproximadamente.
Vencidos los hicsos, el país vuelve a unificarse y las siguientes dinastías de Egipto gobiernan en todo el territorio. Se considera uno de los periodos de máximo esplendor, por lo que esta cronología de los faraones egipcios muestra aquí algunos de sus nombres más famosos.
Ramsés XI (o Ramsés-Jaemuaset-Mereramón-Necherheqaiunu: último faraón de la segunda de las dinastías del Egipto ramésida. Aunque reinó muchos años (cerca de 30), no pudo evitar la disgregación de los territorios, los saqueos de tumbas y el conflicto civil
Tras el fin del Periodo Ramésida y, con ello, del Imperio Nuevo, se abre una nueva época de división. Se produce una evidente fragmentación del territorio y surgen diferentes centros de poder, coetáneos entre sí, dando lugar a diferentes dinastías de Egipto: desde la XXI a la XXV, de origen libio en su mayoría, que combinaron su propia tradición con la egipcia.
Además, cabe mencionar una institución que ostentó el poder efectivo en el Alto Egipto: los Sumos Sacerdotes de Amón, que habían ido amasando un gran poder durante todo el Imperio Nuevo y que ahora eran los máximos responsables de un amplio territorio en torno a su capital, Tebas. Algunos sumos sacerdotes, además, forman parte de esta cronología de faraones egipcios porque fueron proclamados como tal. Son Psuenes III (faraón de la dinastía XXI con el nombre de Psuenes II), Sheshonq II (dinastía XXII) y Osorkon III (dinastía XXIII).
Las dinastías de Egipto en este periodo están formadas o dominadas por potencias extranjeras.
En 332 a.C Egipto se hallaba bajo dominio persa, pero también bajo el punto de mira de Alejandro Magno. Este emperador heleno, tras tomar varias plazas en Oriente Próximo, entró en Egipto y fue recibido como un libertador. Abre el llamado periodo helenístico, que aporta dos dinastías a Egipto:
Tras la batalla de Accio entre las tropas romanas de Octavio (o César Octavio, posteriormente Augusto o Augusto I), Egipto se convierte en una provincia romana, gobernada por un prefecto, al dictado del emperador de Roma. Por tanto, a partir de entonces ya no se puede dinastías en el Egipto como tal. Y ya no cabe añadir más nombres a esta cronología de faraones egipcio, aunque algunos emperadores romanos mostraron fascinación por esta civilización y los diferentes prefectos siguieron construyendo templos.
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