En este blog nos hacemos eco de las delicias de la gastronomía egipcia, para que puedas degustarlas durante tu viaje y vivas así una experiencia cultural completa: mahshi, kofta, fatteh… y mucho más. En el post de hoy hablamos de la popularidad del baklava en Egipto: cuál es su origen, su receta y otras curiosidades que te gustará conocer antes de llevártelo a la boca y disfrutar de su sabor.
Origen del baklava
Como ocurre con tantos otros platos y dulces del mundo, los orígenes del baklava no están claros. De hecho, puede que no sean egipcios, sino turcos. De hecho, este dulce forma parte también de la gastronomía de otros muchos países del entorno: tanto Turquía como vecinos del Levante Mediterráneo, Irán, el Cáucaso o los Balcanes.
El país en el que mejor está documentado el baklava es en Turquía, especialmente en tiempos del imperio otomano. Por ejemplo, sus soldados jenízaros lo recibían como regalo al caer la noche del 15º día del Ramadán, una fecha que se conocía como Baklava Alayı. Algunos, incluso, se aventuran a indicar el Palacio de Topkapi como su lugar de invención.
En cualquier caso, no es menos cierto que la pastelería a base de pasta de hojaldre era ya una realidad mucho antes en la cultura árabe, como demuestra el launizaj, de elaboración y receta muy parecida.
Qué lleva y cómo se hace el baklava
El baklava es un dulce hecho en pasta filo, muy parecida al hojaldre: una pasta hecha de hojas muy finas que se superponen, logrando una textura muy particular. Para este dulce se suelen emplear unas 20 o incluso más láminas de pasta filo, repartidas entre la capa superior y la inferior.
Entre medias de ambas capas se pone el relleno, que siempre es de frutos secos: en unos casos, de nueces, en otros de pistachos, en otros de almendras… o incluso de varios de ellos a la vez, bien picados para que dicha masa sea más fácil de ingerir.
Elaborado este ‘sandwich’, se humedece con agua, se corta en cuadrados o rombos y se hornea. Tras dicho horneado, que suele ser de tres cuartos de hora, se deja enfriar levemente y se aplica el toque final y distintivo: se recubre la de almíbar, es decir, de una mezcla de agua, canela, azúcar y zumo de limón.
Por supuesto, cada autor puede darle su toque personal, por ejemplo aplicando frutos secos picados sobre la capa más exterior del baklava o esparciendo especias u otros ingredientes aromáticos sobre ellos y sobre el plato. En cualquier caso, el resultado es siempre muy dulce, gracias al almíbar.
Dónde y cómo tomar el baklava
Degustar el baklava en Egipto no es tarea difícil y podrás hacerlo de varias formas. Lo más sencillo es acudir a una pastelería local y comprarlo, puesto que se suelen vender al peso o en paquetes confeccionados con diferentes tipos y variedades, según sus ingredientes y formas. En El Cairo encontrarás muchísimas opciones, entre las que está El Abd Bakery.
Otra opción es tomarlo en una cafetería, puesto que el baklava es el acompañamiento típico de un té o un café en este país. De esta manera, aportará el toque dulce perfecto para una bebida caliente.
Por último, tomar baklava en un restaurante egipcio también es posible, puesto que muchos los ofrecen en la carta de postres para concluir el menú. Además de El Cairo, restaurantes de todos los niveles en Alejandría, Luxor y cualquier otra gran ciudad pondrán a tu alcance este dulce como remate final.
Así que si quieres probarlo en tu viaje, no dudes en pedir consejo a nuestros guías y profesionales: a buen seguro que sabrán recomendarte una pastelería o local donde probarlo.