Egipto es destino habitual de viajes de peregrinación cristiana, y no es para menos: su importancia en los tiempos de cristianismo primitivo fue muy grande, y la comunidad de coptos mantiene viva la llama de esta religión que caló hondo aquí en los primeros siglos de nuestra era. En este post recogemos algunos de los principales santos cristianos de Egipto, que ayudaron a difundir y asentar el mensaje de Cristo en este territorio y que, tiempo después, se convirtieron en santos universales para todos los creyentes en esta religión.
San Pablo ermitaño
Uno de los principales logros del primitivo cristianismo copto fue la creación del movimiento monástico. Y en ello, hubo un gran precursor: San Pablo de la Tebaida, más conocido como San Pablo ermitaño. Fue el primero en retirarse en busca de una vida contemplativa y eremítica, en este caso a una cueva en mitad del Desierto Oriental del país. Tras su muerte, esa gruta sagrada se convirtió en el epicentro de un monasterio dedicado al santo.
San Antonio Abad
Pero el honor de ‘primer monasterio del mundo’ recae en el de San Antonio Abad, ubicado a unos 40 km de la costa del Mar Rojo, junto al Golfo de Suez, también en el Desierto Oriental. En este caso, el monasterio fue fundado por los seguidores de San Antonio Abad en torno al año 300, dando así culto a este otro gran santo cristiano de Egipto, considerado el primer monje de la cristiandad. De hecho, entre un monasterio y otro hay apenas 20 km en línea recta (80 km por carretera) y según eruditos medievales como Jacobo de la Vorágine (siglo XIII), San Antonio Abad llegó a visitar a su contemporáneo San Pablo en su cueva.
Santa Catalina de Alejandría
Además de ser pionero en el movimiento monástico, el territorio que hoy ocupa Egipto también vió cómo algunos de sus primeros cristianos de referencia fueron martirizados, en episodios que la tradición posterior no ha querido olvidar. Una de las santas más famosas en morir de esta manera fue Santa Catalina de Alejandría: fue una noble de esta ciudad que rechazó realizar cultos paganos ante las autoridades imperiales romanas, siendo posteriormente martirizada en una rueda con cuchillas y decapitada. Sus restos fueron trasladados por unos ángeles cerca del Monte Sinaí y hoy se custodian en otro monasterio de referencia para el cristianismo, especialmente el ortodoxo, en el sur de la Península del Sinaí. Además, es una santa muy asentada en el santoral cristiano y, por ello, frecuentemente representada por artistas europeos, algunos de la talla de Caravaggio.
San Mauricio y la legión tebana
Otro importante santo egipcio martirizado fue San Mauricio, natural de Tebas y responsable de una gran legión romana. Todos ellos fueron enviados a la Galia para sofocar una revuelta contra el Imperio Romano, negándose a perseguir a los cristianos. Por ello, o quizás también por negarse a realizar sacrificios paganos, tanto él como los miembros de su legión fueron decapitados. Todo esto no ocurrió en territorio egipcio sino europeo, de ahí que sea un santo muy difundido en este continente, especialmente en Suiza, donde es patrón de diferentes poblaciones.
San Marcos el Evangelista
Por último, hacemos referencia a San Marcos que, si bien no era natural de Egipto, sino de Cirene (hoy Libia), tiene una relación muy estrecha con este país, pues fue obispo de Alejandría y un personaje muy cercano a Pedro. Su importancia en el cristianismo está en que se le atribuye la autoría del Evangelio que lleva su nombre. Además, en el siglo IX, sus reliquias fueron trasladadas a Venecia, descansando así en la basílica en que se le rinde culto, una de las más famosas del mundo cristiano.