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El oasis de Dakhla es probablemente el más pintoresco de todos los que Egipto tiene en su Desierto Occiedental. Tanto por su paisaje de palmerales y cultivos entre dunas como por los monumentos que, aunque humildes, aún se mantienen en pie y nos permiten comprender cómo es la arquitectura típica de la zona. Por ello, incluir el oasis de Dakhla en tu viaje por Egipto puede ser una idea muy acertada, si estás deseoso de conocer un hábitat natural tan diferente como fascinante. Y para organizar tu viaje, puedes contar con la ayuda de Egipto Exclusivo. ¡Te proporcionaremos todos los servicios que necesitas para disfrutar con comodidad y seguridad de esta experiencia!
El oasis de Dakhla es uno de los más meridionales de Egipto. Está prácticamente alineado con el de Kharga y con la ciudad de Luxor, por tanto, a una latitud de 25ºN, más o menos. De las grandes ciudades del Valle del Nilo, la más cercana es precisamente Luxor, a unos 400 km en línea recta, que se convierten en algo más de 500 km por carretera. Las distancias que lo separan de los otros oasis más a mano son el de Farafra (300 km al noroeste) y el de Kharga (170 km al este).
En realidad, el oasis de Kharga está compuesto por varias poblaciones dispersas y de pequeño tamaño. Los habitantes de todos los asentamientos suman aproximadamente 90.000 habitantes. Cabe mencionar, entre otras, El Qsar, Balat, Bashandi, Mut (la más grande) y El-Rashda. Su lago, por cierto, se encuentra entre estas dos últimas.
Los atractivos del oasis de Dakhla se reparten por sus diferentes asentamientos, cada uno con un cariz diferente. Por ello, a continuación los organizamos de esa manera.
Situado en la zona norte del oasis de Dakhla, algunos rincones parecen haberse detenido en el tiempo. Concretamente, en la época medieval, pues algunas estructuras se remontan al siglo X . Del caserío sobresale el minarete de una mezquita hecha en adobe, que fue construida en el siglo XII. Otro detalle interesante de la arquitectura popular de El Qsar son los dinteles de madera que se pueden ver en algunas casas bajas, donde hay tallado un versículo del Corán.
En las afueras del Al Qsar también hay una necrópolis de la época grecorromana. Solo son visitables algunas tumbas, en las que llama la atención su decoración o mural pero sobre todo, sus espacios repletos de momias. Una imagen impactante que, en realidad, nos permite imaginar cómo eran verdaderamente los ritos funerarios de la Antigüedad, con tumbas en las que se depositaban varios difuntos a la vez.
De la misma época es probablemente el templo más interesante de todo el oasis de Dakhla: el de Deir A-Haggar, dedicado a los dioses Amón-Ra, Mut y Jonsu. Su construcción se remonta a la época de Nerón y en sus muros hay referencias a varios emperadores romanos. Se desenterró y restauró a lo largo del siglo XX
Pequeño poblado con un pintoresco centro, también de reminiscencias medievales. Y de nuevo, la construcción más emblemática es su mezquita. Cuenta con museo etnográfico sobre las costumbres en el oasis de Dakhla y construcciones tradicionales como una madrasa en la que se observan bloques de piedra de época faraónica. No obstante, en los últimos años los edificios más antiguos se han ido abandonando en favor de otros más recientes y más cómodos.
En una situación parecida está el poblado de El Bashandi, situado en un desvío a la salida de Balat. A las afueras de El Bashandi hay, además, varios yacimientos arqueológicos de época faraónica: la Tumba Kitines y las Tumbas de Qila El Daba. En estas últimas, con mastabas del Imperio Antiguo, destaca la de Khentika, gobernador en tiempos de Pepi II. Su estructura interior ha quedado totalmente al descubierto, a modo de graderío. En sus cámaras interiores aún se conservan pinturas murales .
Mut es la población más grande del oasis de Dakhla y, aunque no cuenta con monumentos dignos de reseñar, sí tiene unos estanques de aguas termales a unos 3 km del casco urbano. Su nombre: Mut Talata. No son los únicos manantiales ligados al oasis de Dakhla. De hecho, también se pueden citar otros en la zona, como el de Bir Gebel.
En las afueras de Ismant, además, hay otro interesante yacimiento arqueológico llamado Kellis, que era una pequeña villa desde la época grecorromana hasta la bizantina. De hecho, se han hallado restos de un templo en honor al dios egipcio Tutu, pero también varias iglesias cristianas.
El oasis de Dakhla es uno de los más retirados y aislados de Egipto. Y ello se puede interpretar como una ventaja que ha conservado su singularidad. Pero también como un inconveniente en cuanto a la forma de llegar. Aunque puede que veas referencias al aeropuerto de Dakhla, situado al sur de Mut, esta humilde infraestructura es en la práctica una pista de aterrizaje y despegue con los espacios técnicos básicos, que no programa vuelos regulares y a menudo no está operativo.
Tampoco encontrarás servicio de ferrocarril para viajeros y el autobús no es una opción viable: los servicios de taxi o microbús públicos son usados solo por los ciudadanos locales, con una dinámica de frecuencias y paradas que solamente ellos dominan correctamente.
Por ello, la opción verdaderamente recomendable para turistas es la del vehículo privado con conductor. Nuestra agencia puede conseguir uno a vuestro servicio, con el horario y la disponibilidad que necesitéis. Si tienes pensado visitar el oasis de Dakhla, debes considerar la opción del circuito por los oasis del Desierto Occiental, puesto que su lejanía hace inviable una visita a modo de excursión de un día… salvo que se haga desde otro oasis cercano, como el de Kharga.
Esta es una lista de distancias y tiempos que te ayudará a formarte una idea:
Por tanto, el coche privado con chófer no solo es una opción cómoda, sino además casi obligatoria para evitar percances y pérdidas en el oasis de Dakhla. ¡Consulta en qué consiste este servicio y déjate llevar por una agencia con enorme experiencia en los viajes a los oasis del país!
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