El clima de Egipto es uno de esos temas que debes conocer a fondo antes de hacer tu viaje al país. ¡Es una cuestión que te toca de lleno! Y por supuesto, influye mucho en la ropa y en otras cosas a introducir en tu maleta. Como ya supondrás, hace calor, probablemente más o mucho más que en tu lugar de origen. Pero reducirlo todo a ello es un error, pues el clima de Egipto tiene más matices de los que podrías imaginar en un principio. Por ello, en las siguientes líneas te mostramos los aspectos más relevantes sobre el tiempo que probablemente te encontrarás en este país a tu llegada, haciendo distinciones generales según la zona y según determinados fenómenos atmosféricos.
El clima de Egipto está catalogado, en su conjunto, como ‘árido cálido’ (BWh) según la clasificación de Köppen, la más aceptada a nivel mundial. Es una consideración muy amplia, pues en realidad se aplica a todo el territorio dominado por el desierto del Sahara, y de hecho en algunas ocasiones aparece citado como clima desértico cálido o sahariano. A grandes rasgos, este clima implica lo siguiente en este país, entre otras cosas:
Sobre el papel, el clima de Egipto es extremadamente duro. Pero si este trocito de mundo ha albergado algunas de las más prósperas civilizaciones del mundo, no es por casualidad. En la página dedicada al Nilo te explicamos más sobre el ‘milagro’ natural de sus crecidas y el surgimiento de los oasis, que ha facilitado la vida durante milenios.
En cualquier caso, debes mentalizarte de que encontrarás gran calor a tu llegada al país, especialmente si vienes en los meses de verano. Pero esto no impide, ni mucho menos, que puedas organizar un viaje en fechas estivales. El aire acondicionado está omnipresente en ambientes cerrados, mientras que para moverte al aire libre sabrás ingeniártelas para que las altas temperaturas no sean un problema. Aquí te damos los siguientes consejos:
Dicho todo esto, conviene analizar el clima de Egipto zona por zona, pues en ellas existen diferentes matices sobre las temperaturas, la humedad y otros fenómenos atmosféricos, relacionados con la geografía. Eso te ayudará a planificar mejor tu viaje si tienes como destino una región concreta del país.
Como veíamos, el clima de Egipto está clasificado en sí mismo como desértico. Pero si vas a viajar al corazón de este hábitat tan peculiar, por ejemplo para realizar rutas 4×4 o para vivir una experiencia de meditación, debes tener en consideración que aquí cada variable climática se acentúa hasta el extremo. Por ejemplo:
Pero lo que muchos viajeros no se imaginan es la tremenda amplitud térmica que se vive en el desierto: por el día hace un calor abrasador pero por la noche hace verdadero frío. Estos son algunos datos que debes tener en cuenta sobre el clima del Egipto más árido:
También hay un factor importantísimo relacionado con el clima del desierto que debes saber: la posibilidad de que haga acto de presencia el chamsin (o jamsin) Ese es el nombre que recibe el viento tormentoso procedente del interior del desierto que puede aparecer en los meses de marzo, abril y mayo. Puede alcanzar velocidades superiores a los 100 km/hora, causando grandes molestias porque arrastra consigo arena del desierto. Pero sobre todo, produce una subida repentina de las temperaturas, en ocasiones más de 10ºC o 15ºC en apenas un par de horas.
Este fenómeno meteorológico propio del clima de Egipto lo conoce bien la población local y lo han sufrido incluso los ejércitos más poderosos de cada momento. Por ejemplo, el napoleónico durante su campaña egipcia (1798-1801) o el británico y el alemán en la Segunda Guerra Mundial, viéndose obligados a detener sus batallas o lamentar pérdidas humanas.
Aunque esta clasificación de ‘árido cálido’ se aplica a todo el clima de Egipto, lo encontrarás especialmente si tu destino es el desierto Occidental. También caracteriza al desierto Oriental (o Arábigo) y a la mayor parte de la Península del Sinaí. Además, en buena medida, es el que predomina en las ciudades de Alto Egipto, como Luxor o Aswan, pues el cauce del río Nilo matiza ligeramente las temperaturas y la humedad relativa, pero muy levemente.
Y esto es lo que ocurre también, a grandes rasgos, en la parte meridional del Delta del Nilo, incluyendo en ello a la capital, El Cairo: sus valores climáticos son muy parecidos a los del desierto, aunque ligeramente mitigados por la presencia de mayor de vegetación en el terreno, fruto también de una mayor humedad relativa (en torno al 55%).
Por tanto, si vas a hacer una ruta por el desierto fuera de los meses de verano, te recomendamos llevar ropa y accesorios que te sirvan de abrigo por la noche. Preferiblemente que no sea voluminosa, es decir, la considerada como ‘térmica’, que te ayuda a mantener el calor corporal, evitando que se disipe. En cualquier caso, si viajas con nosotros al corazón del desierto, te ayudaremos a resolver esta y otras muchas cuestiones prácticas relacionadas con el clima de Egipto.
Muy diferente es el clima del Egipto costero, especialmente en la costa mediterránea. Sin llegar a alcanzar los valores existentes en la orilla europea de este mar, lo cierto es que el clima de las zonas litorales pierde buena parte del carácter extremo arriba detallado. Estas son algunas de sus principales características:
Este es el clima que te puedes encontrar en ciudades como Alejandría y Puerto Said, pero también en las ciudades no costeras situadas en la zona norte del Delta del Nilo. Esto es así porque, a la influencia ejercida por el mar Mediterráneo se suma la mayor presencia de vegetación en el terreno, mitigando los valores extremos propios del clima de Egipto.
Si viajamos a la costa del Mar Rojo, esta mitigación del clima desértico sucede en menor medida, aunque algo se nota. En concreto, en los siguientes aspectos:
Sin embargo, lo que sí comparte la costa del Mar Rojo con el clima desértico es la práctica inexistencia de precipitaciones y la bajísima humedad relativa (inferior al 50%).
Este es el clima que encontrarás si viajas a los grandes destinos turísticos de la zona, como Hurgada, Sharm el Sheij o Safaga. Por ello, esta zona es ideal para visitar en cualquier época del año, incluso en la denominada ‘temporada baja’ europea: los fríos meses invernales del viejo continente son aquí los más suaves y agradables.
Según la clasificación de Köppen, sólo hay una verdadera excepción dentro del clima de Egipto: la cadena montañosa del Sinaí, al sur de la península del mismo nombre, así como algunas elevaciones dispersas al norte del desierto Arábigo. Si tu destino es este, por ejemplo por tratarse de un viaje religioso de peregrinación, debes saber que aquí te esperan las temperaturas más frías de todo el país, pues está catalogado como ‘árido frío’ (BWk).
Aquí se pueden llegar a registrar temperaturas por debajo de -10ºC en invierno, aunque los termómetros alcanzan en verano valores por encima de los 25ºC durante el día, por lo que también podrás experimentar calor.
Por tanto, la amplitud térmica es también muy grande en el lapso de 24 horas y la humedad relativa resulta bajísima: menos del 30%. Las precipitaciones son también insignificantes, pero puntualmente llegar en forma de nieve. ¡Este es el único lugar del país donde cabe la posibilidad de que ocurra!
Como ves, el clima de Egipto tiene más matices de lo que parece, por lo que te recomendamos informarte bien sobre tu destino y el tiempo esperable en él durante la época del año en la que viajes. Y no dudes en ponerte en contacto con Egipto Exclusivo si necesitas asesoramiento sobre ropa, recomendaciones y cualquier otra cuestión.
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