El Lago Nasser es uno de los embalses artificiales más grandes del mundo. Un lugar apartado de la civilización, con una paz y una quietud equivalentes a las del desierto, pero con el atractivo añadido de que, para conocerlo, no hay mejor manera que surcar sus aguas por medio de cruceros en el Lago Nasser. Eso es precisamente lo que te puede proporcionar Egipto Exclusivo, con embarcaciones y profesionales de la máxima profesionalidad para disfrutar de esta experiencia con seguridad. Y para empezar a tomar contacto con este destino tan singular, en las siguientes líneas te mostramos una breve guía con sus atractivos y otras informaciones prácticas.
El Lago Nasser se encuentra en el extremo sur de Egipto, aunque una pequeña parte del mismo se encuentra ya en territorio de Sudán, donde recibe el nombre de Lago de Nubia. Embalsa las aguas del río Nilo entre la primera catarata (al norte) y la segunda catarata (al sur), aproximadamente. No obstante, la subida del nivel de las aguas ha hecho que esta segunda catarata, en la práctica, sea inapreciable y esté sumergida bajo las aguas del propio Lago Nasser.
Las cifras que ilustran la dimensión del Lago Nasser son, sencillamente, descomunales. Tiene una longitud de unos 500 km, con una anchura variable que en algunos puntos alcanza los 35 km. Eso hace que su superficie total sobrepase los 6.000 km2, es decir, más grande que comunidades autónomas españolas en su totalidad, como Cantabria o La Rioja. Se estima que la cantidad de agua embalsada en él supera los 150 km³.
En su perímetro y entorno prácticamente no hay poblaciones, siendo las únicas destacables las siguientes:
Esta enorme superficie abarcada por el embalse y la casi total ausencia de carreteras en sus orillas hacen que la forma más viable de conocerlo es por medio de cruceros en el Lago Nasser, con paradas en algunos puntos o islas donde se encuentran sus pocos restos arquitectónicos visibles en la actualidad.
A nivel natural, el Lago Nasser representa un espacio único por su singularidad. No encontrarás la exuberancia vegetal que se cabría esperar de una masa de agua dulce tan grande como esta. Y esto tiene que ver con su carácter artificial y con la extrema aridez del terreno circundante. De hecho, llama la atención cómo las aguas besan en las orillas la roca dorada y la arena blanca propias del desierto. Su cota actual está en torno a los 180 metros sobre el nivel del mar, mientras que la original del río era de unos 60 msnm.
Sin embargo, la naturaleza siempre se abre paso. Y el Lago Nasser no es una excepción: en sus orillas y en algunas islas han surgido juncales y otras pequeñas formaciones vegetales, que son un hábitat propicio para aves migratorias o para mamíferos como zorros y gacelas. En sus ensenadas también se esconden algunos cocodrilos del Nilo, supervivientes del impacto medioambiental que supuso el proyecto. Y dentro de sus aguas, se calcula que viven varias decenas de especies de peces, entre ellas la gran perca del Nilo.
Por lo que respecta al clima, en los cruceros por el Lago Nasser experimentarás los rigores del clima desértico más puro: enorme insolación, máximas muy elevadas en verano (por encima de los 40ºC), precipitaciones inexistentes, etc.. Puedes echar un vistazo a la página de Abu Simbel para conocer más detalles, y te recordamos que debes seguir todas las recomendaciones para protegerte de la insolación (gafas de sol), la radiación solar (sombrero, crema) y el calor (hidratación), aunque a bordo de tu embarcación podrás combatir estas circunstancias mucho mejor.
La historia de este lugar, tal y como lo podemos ver en la actualidad, es reciente. Las aguas por las que navegarás durante tu crucero por el Lago Nasser han inundado lo que fue, durante varios milenios, un lugar de asentamiento del pueblo nubio, del que te damos más detalles en esta otra página. Y aunque no son visibles, decenas de metros más abajo, en el fondo del lago, se mantienen los vestigios de lo que fue aquella civilización, hoy dispersa por otros lugares de Egipto y de Sudán.
Pero todo empezó a cambiar a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Hasta entonces, las crecidas anuales del Nilo seguían marcando el ritmo de vida de Egipto, especialmente de su economía, aún muy dependiente de la agricultura que se desarrollaba en la vega del río y en el Delta. Pero, siguiendo el ejemplo de otros grandes proyectos de ingeniería civil, como fue el Canal de Suez, se decidió emprender el gran reto con el que los egipcios habían soñado durante milenios: controlar las crecidas para evitar los estragos de los años de sequía o de excesivas inundaciones.
Y con esa intención se comenzó el proyecto de la Presa Baja de Aswan, a unos 6 km al sur de la ciudad, bajo la dirección del británico Sir William Willcocks. Se realizó entre los años 1899-1902 y, aunque supuso un auténtico hito, su capacidad de embalsamiento se demostró insuficiente para cubrir las expectativas nacionales de irrigación. Y de hecho, fue ampliada varias veces. En los años 40, cuando se encontraba al borde del desbordamiento y seguía sin cubrir dichas necesidades, se decidió construir la Presa Alta de Aswan, a unos 15 km al sur de esa ciudad.
Aunque se estudió la posibilidad de construir la nueva presa más al sur, embalsando así las aguas en territorio de Sudán, tras el derrocamiento de la monarquía egipcia y la llegada al poder de Gamal Abdel Nasser, se decidió llevar a cabo el proyecto actual, manteniendo las aguas mayoritariamente en Egipto, en una decisión con implicaciones geoestratégicas. Un proyecto inicial fue realizado por el ingeniero greco-egipcio Adrian Daninos, a comienzos de los años 50, pero finalmente quedó a cargo de la compañía rusa Hydroproject Institute, concluyéndose hacia 1970, aunque el llenado del Lago Nasser había comenzado unos años antes. Un proyecto que reflejaba la estrecha colaboración entre el gobierno egipcio y el régimen soviético vigente.
Completada la construcción de la Presa Alta de Aswan y tras la formación definitiva del Lago Nasser, que alcanzó su nivel esperado en 1976, nada volvió a ser igual en Egipto y, muy especialmente, en el sur del país.
Económicamente, el Lago Nasser y la Presa de Aswan son el verdadero motor de la agricultura del país y, por tanto, de buena parte de la economía egipcia, pues este sector aún sigue representando el 11% del PIB de Egipto, según datos del Banco Mundial con fecha de 2019. Esto es así porque este proyecto propició a su vez la creación de una enorme red de canalización de agua para el riego, de la que dependen los cultivos de todo el país por las escasísimas (o nulas) precipitaciones que se producen aquí. Canales que están ligados a presas intermedias del cauce del Nilo, pero que dependen de la regulación de las aguas que realiza la Presa Alta de Aswan.
Otro beneficio económico relacionado con el Lago Nasser fue la creación de numerosos puestos de trabajo durante los años de construcción de la Presa Alta de Aswan, algo que también es significativo actualmente para llevar a cabo su mantenimiento. Además, la producción energética por medio de su central hidroeléctrica es otro hecho relevante.
Y por supuesto, hay que añadir su contribución al turismo. No solo gracias a los cruceros por el Lago Nasser, a los que hacemos referencia en esta página, sino también a los cruceros por el Nilo al otro lado de la Presa de Aswan que, en condiciones normales no se podrían hacer durante todo el año, pues en determinados meses el caudal sería demasiado bajo para las motonaves. Y no menos interesantes son los beneficios en la calidad de vida y la salud de los egipcios, pues el agua embalsada también es empleada para el consumo humano.
Por todo ello, el Lago Nasser representa un rotundo éxito económico: la gran inversión realizada para la construcción de la Presa Alta de Aswan y su sistema de canalización quedó amortizada en apenas unos años. En la actualidad sigue generando beneficios directos o indirectos, en los ámbitos mencionados más arriba: producción hidroeléctrica, sostén de la agricultura nacional, motor de turismo…
Sin embargo, no es posible olvidar otros impactos relevantes y no precisamente positivos del Lago Nasser: el medioambiental, el arqueológico y el social. A nivel medioambiental, supuso la modificación del ecosistema de ribera de este tramo del Nilo, pues los terrenos bajos junto a las orillas originales desaparecieron al quedar totalmente inundados por las aguas del embalse, aunque a cambio han ido surgiendo juncales y otros puntos de vegetación espontánea. Sin embargo, en la actualidad sigue abierto el debate sobre el coste-beneficio a nivel ecológico de este proyecto, pues queda por analizar a corto, medio y largo plazo cómo puede afectar la regulación del caudal en el aumento del uso de fertilizantes en los campos agrícolas o la salinización del Delta por la entrada de agua marina tierra adentro.
A nivel arqueológico, las implicaciones del Lago Nasser también fueron mayúsculas. Con la subida del nivel de las aguas, corrían riesgo de inundación todos los templos y monumentos construidos en las orillas de este gran tramo de río. Por ello, se procedió a llevar a cabo una enorme campaña internacional para salvar los más importantes, entre los que destaca Abu Simbel. Pero también se trasladaron, piedra a piedra, otros monumentos que el visitante puede descubrir ahora en cruceros por el Lago Nasser, como te mostramos más abajo. Monumentos que, si bien han visto modificado su contexto geográfico, mantienen intacto su belleza e interés. Aunque por desgracia, otras estructuras descubiertas o por descubrir han quedado inundadas para siempre con el surgimiento del embalse.
Y por último, cabe mencionar otra consecuencia dolorosa del Lago Nasser: el desplazamiento forzoso del pueblo nubio que habitaba en este tramo de río. Sus poblados quedaron inundados y tuvieron que construirse otros nuevos, aunque la mayoría decidió emigrar a otros puntos del país, principalmente Aswan y El Cairo, o al vecino Sudán, al sur. Te contamos más sobre este episodio en la página dedicada a Nubia.
Por último, queda por ver qué impacto tendrá la construcción de una nueva presa, pero en este caso varios miles de kilómetros aguas arriba, en el Nilo Azul, en Etiopía: la Gran Presa del Renacimiento Etíope, que podría modificar aspectos clave del río en territorio egipcio, como su caudal, por lo que este tema es objeto de negociaciones diplomáticas al más alto nivel.
Como decíamos, la mejor manera de conocer este lugar es por medio de cruceros por el Lago Nasser. De esta manera, hay una serie de paradas ineludibles en cualquiera de ellos. Sin duda, la más importante es Abu Simbel. Aunque hay dos formas más prácticas y rápidas de llegar hasta aquí (por carretera y por avión), lo cierto es que llegar en barco ofrece mayor encanto y algo inigualable por parte de los otros dos medios de transporte: ver estos monumentos desde las aguas, un punto de vista que resalta su belleza. Para más información sobre este monumento, puedes visitar esta otra página.
Además de Abu Simbel, hay otros puntos interesantes y visitables. Te los mostramos a continuación, ordenados de norte a sur, es decir, según su cercanía a Aswan. No obstante, nos ‘saltamos’ el Templo de Kalasbsha, que se sitúa junto a la Presa Alta de Aswan y se puede visitar a modo de excursión desde la mencionada Aswan y que, por tanto, explicamos en la página dedicada a esa ciudad.
Monumentos que, por cierto, tienen la máxima protección posible, pues fueron catalogados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con el nombre ‘Monumentos de Nubia, desde Abu Simbel hasta File’.
Ubicado en la orilla occidental del Lago Nasser, a unos 140 km al sur de la Presa Alta de Aswan. Abarca dos templos (el de Amón y el de Dakka) de época faraónica, en tiempos del Imperio Nuevo. Recibe este nombre por los animales esculpidos en el templo de Amón. Fue trasladado hasta aquí en los años 60 del pasado siglo, pero paradójicamente no despertó demasiado interés al principio y tuvo que ser ‘reexcavado’ para poder ser visitado, como es posible ahora si realizas un crucero por el Lago Nasser.
Lo mandó construir Amenhotep III (Dinastía XVIII) y, tras los ataques sufridos a la conclusión del Periodo de Amarna, fue rehabilitado por Ramsés II. De hecho, aún puede admirarse una decena de estatuas de este faraón divinizado, adosadas a las columnas de uno de sus patios. También se conservan interesantes relieves de este monarca en actitud oferente y restos de decoración cristiana, lo que indica que en el siglo V d.C fue reconvertido a iglesia. Una combinación de temas y estilos que resulta ciertamente sorprendente.
Por su parte, el Templo de Dakka se sitúa a 1,5 km al norte del templo de Amón, conectado a este a través de un pequeño camino. Se trata de una construcción más reciente, de época ptolemaica (siglo III a.C). Lo más destacado es su gran pilono de entrada, al que se puede subir para disfrutar de las vistas del Lago Nasser.
Esta es otra de las paradas habituales de los cruceros por el Lago Nasser. Amada es el nombre de uno de esos poblados nubios que quedaron inundados por las aguas del embalse. De él se decidió salvar este templo dedicado a Amón y a Ra-Horajti, construido durante el Imperio Nuevo, en tiempos de Tutmosis III (Dinastía XVIII) y rehabilitado por Seti I (Dinastía XIX) tras sufrir daños durante el Periodo de Amarna. Llama la atención su interior decorado con bajorrelieves de gran finura, que aún mantienen buena parte de su policromía original.
Junto al templo de Amada se emplazaron otros dos templos, que se visitan en la misma parada del crucero por el Lago Nasser. Uno es el templo de Derr, de tipología speos, es decir, excavado en la roca, por lo que hubo de reconstruirse en su nueva ubicación. Se edificó en tiempos de Ramsés II (Dinastía XIX) y su decoración interior de bajorrelieves también es destacable, manteniendo policromía original, de tonos brillantes. Estuvo dedicado a Amón-Ra, Ptah y Ra-Horajti, venerados en el santuario ubicado tras las salas hipóstilas.
La tercera construcción de interés de esta parada, también de época faraónica, es la tumba de Penut, gobernador local en tiempos de Ramsés VI (Dinastía XIX). En su proyecto de reconstrucción en esta nueva ubicación se perdió parte de la decoración original, pero todavía hoy se pueden admirar en sus paredes escenas funerarias del difunto con los dioses.
Como hemos visto, todas las construcciones descritas se han conservado porque se trasladaron en los años 60 a una cota más alta. Sin embargo, hay una excepción: Qasr Ibrim, a unos 260 km al sur de Aswan. Se trata de la ciudadela del poblado de Ibrim, que contaba con tumbas de virreyes cusitas y santuarios de tiempos de las dinastías XVIII y XIX.
En esa época también se levantó esta fortaleza, modificada siglos después en época romana, en tiempos de Augusto, al igual que en época cristiana, como denotan los restos de una iglesia del siglo VII. Esta ciudadela, como era habitual, se encaramaba a lo alto de una colina, desde la que vigilar todo el terreno circundante. Pero con la subida de las aguas, se convirtió en una isla del embalse. Los cruceros por el Lago Nasser suelen parar aquí para que los participantes recorran las ruinas de la ciudadela, aunque la mayoría de la decoración (relieves, estelas) fue trasladada a otros lugares, principalmente al templo de Kalabsha, cerca de Aswan.
Por la relativa variedad de especies de peces y de aves migratorias que se da en algunos puntos de este gran embalse, también cabe citar una variante de los cruceros por el Lago Nasser: los que tienen un carácter de safari. Estos viajes organizados tienen por misión la pesca o bien el birdwatching en determinados momentos del año.
El gran objetivo de los viajes de pesca por el Lago Nasser es la perca del Nilo, con ejemplares de dimensiones ‘faraónicas’: más de 100 kg en algunos casos, lo que supone todo un reto para los aficionados a esta actividad. Es considerado uno de los mayores peces de agua dulce del mundo, pero no el único en estas aguas: también se pueden citar varias especies del pez gato, dos especies de tilapia y el pez luna.
Y en el caso de los viajes ornitológicos para el avistamiento de aves, se pueden citar especies icónicas como el tántalo africano, el rayador africano, la lavandera africana, el pelícano rosado o el tilopo cuellirrosa. Los prismáticos de los participantes también pueden capturar, quién sabe, algún ejemplar de cocodrilo del Nilo o de zorros moviéndose por las orillas del embalse.
No cabe duda de que el mejor medio de transporte aquí es el barco. Los cruceros por el Lago Nasser son una experiencia turística en sí misma, pero también la forma más práctica de desplazarse de un punto a otro de este embalse. Lo habitual es partir desde el puerto situado junto a la Presa Alta de Aswan en una embarcación privada para realizar el safari o el circuito descritos más arriba. Este punto se ubica a unos 15 km al sur de la ciudad de Aswan, a la que se puede llegar por carretera, por avión o por medio de otros cruceros por el Nilo.
Desde el puerto de la Presa Alta de Aswan también sale un ferry de pasajeros que navega entre este punto y el puerto de Wadi Haifa, en Sudán, por lo que puede suponer una vía de entrada o de salida para viajeros cuyo circuito incluya ambos países.
También se puede valorar la opción de Abu Simbel como principio o fin de los cruceros por el Lago Nasser, puesto que su poblado cuenta con una modesta infraestructura turística (hoteles, restaurantes, tiendas, etc.) de la que se pueden beneficiar los viajeros. Y en las cercanías de este monumento hay un aeropuerto que lo conecta con Aswan. No obstante, el mencionado ferry de pasajeros no tiene establecida ninguna parada aquí.
En cuanto al desplazamiento por carretera, las opciones pasan por la autopista 75, que discurre a través del desierto, en la margen occidental del Nilo, conectando Aswan y Abu Simbel en un trayecto de 280 km y algo más de 3 horas de duración. De esta autopista parte alguna carretera secundaria que lleva a los monumentos faraónicos mencionados (Amada, Wadi el Sebua), de modo que puede ser una solución para los interesados en realizar excursiones específicas a estos puntos.
Sin embargo, el Lago Nasser no cuenta con una carretera que discurre continuamente por sus orillas y no dispone de puentes que permitan pasar de un lado al otro, por lo que el coche no es viable para hacer un circuito global por este gran embalse.
En cualquier caso, necesites lo que necesites, Egipto Exclusivo te lo puede proporcionar: desde cruceros por el Lago Nasser con las mejores comodidades hasta vehículos con chófer para desplazamientos específicos, así como alojamientos en puntos estratégicos de este embalse y actividades a medida, como safaris de pesca, jornadas de birdwatching, visitas guiadas a monumentos o experiencias tradicionales nubias.
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