Mucho se habla (y aquí lo hemos hecho) del Gran Museo Egipcio de Giza, que lleva a otro nivel el arte y la arqueología del Antiguo Egipto. Y como decíamos, buena parte de su colección está formada por obras que se exponían en el Museo Egipcio de El Cairo. Las más importantes son, sin duda, las piezas que componen la tumba de Tutankamón. Lo mismo ocurrió con el famoso desfile de momias de 2021, con el que se trasladó a importantes faraones y reinas al Museo de la Civilización Egipcia. Sin embargo, hay otras muchas que permanecen en su ubicación original y, salvo cambios de última hora, allí seguirán. Por eso, en este post nos centramos en el Museo Egipcio de El Cairo y en las obras maestras que allí podrás encontrar… aunque los otros dos museos le hayan arrebatado buena parte de su protagonismo y contenido.
Triada de Micerino
Para muchos, es el mejor exponente de la maestría técnica y la elegancia estética que alcanzó la escultura del Antiguo Egipto, en periodos tan tempranos como el Antiguo Imperio y la Dinastía IV. El conjunto está hecho en roca de diorita y muestra al faraón Micerino entre la diosa Hathor y la divinidad de Cinópolis. Fue descubierta a comienzos del siglo XX en el templo funerario de la pirámide de este faraón en Giza.
Paleta de Narmer
Pieza que, más allá de su valor artístico, tiene un alcance histórico y documental enorme: es utilizada por los historiadores para marcar el inicio de la unificación del Antiguo Egipto y, por tanto, para señalar el comienzo de la dinastía I. ¿En qué se basan? Pues en que el rey representado, Narmer o Menes, porta en una cara la corona roja del Bajo Egipto y, en la otra, la corona blanca del Alto Egipto.
Estatua de Akenatón
No cabe duda de que todo lo que envuelve a Akhenatón, el ‘rey hereje’ de la dinastía XVIII, está lleno de misterio. Y en el Museo Egipcio de El Cairo, las obras que le representan despiertan también un gran interés. En ,esta estatua, de hecho, aparece en todo su esplendor y con atributos que ayudaron a labrar su singular aspecto: facciones andróginas, caderas anchas, vientre abultado, labios carnosos… Fue descubierta en el Templo de Karnak y está hecha en piedra arenisca.
Retrato de dos hermanos
Para los amantes de la Historia del Arte, los llamados ‘retratos del Fayum’, realizados ya en tiempos romanos, suponen un testimonio excepcional para entender la evolución de la pintura. Y los mejores ejemplos de ello están en el Museo Egipcio de El Cairo, con obras como Retrato de dos hermanos. El realismo en la representación de las facciones y la viveza de los colores, lograda gracias a la técnica de la encáustica, convierten a esta obra en una de las mejores de aquel periodo.
Estos son solo cuatro muestras de que, a pesar de los recientes cambios, aún se conservan en el Museo Egipcio del Cairo obras de valor extraordinario. Si quieres conocerlas de primera mano con la ayuda de expertos en la materia, solo tienes que ponerte en contacto con nuestra agencia.